Por lo tanto, las lenguas romances occidentales serían el portugués, el español, el catalán, el occitano, el francés, entre muchas más lenguas romances habladas en Portugal, España, Francia, Bélgica, Suiza y el norte de Italia.
[8] Ejemplos de sonorización o pérdidas de las oclusivas sordas intervocálicas en algunas lenguas son: Últimamente en las lenguas romances occidentales ha habido una tendencia a suprimir las oclusivas sordas sonorizadas tal como sucedió en francés (jouer - jugar, châine - cadena).
En algunos dialectos del español también hay una tendencia a suprimir las (-d) finales donde palabras como "estado" se pronunciarían "estao".
Este fenómeno también se puede observar en las lenguas galoitálicas como en el piamontés y el véneto; por ejemplo, roda - roa, cadena - chena/caèna, pedra - pèra, savon - saon.
[3][4] Las lenguas galoitálicas tienen una sonorización secundaria de todas las palabras acabadas en -ca, es decir que la sonorización también se extendió a los nombres de ciencias o términos científicos, por ejemplo química - chimega, gramática - gramatega, característica - carateristega, etc, lo mismo sucedió en el sassarés.
[11] Otra característica distinguidora es el participio femenino que en las lenguas romances occidentales acaba en -da o se pierde en algunas lenguas como el francés, en cambio en el romance oriental el participio femenino acaba en -ta al no haberse dado sonorización o pérdida.
Algunos ejemplos:[3][4] Contienen muchas palabras latinas acabadas con (s, z) sin que sean necesariamente parte del plural, en contraposición con el romance oriental que carece de palabras latinas acabadas con (s, z), salvo algunos préstamos lingüísticos recientes.
[3][4] El sardo lingüísticamente comparte sus isoglosas con las lenguas romances occidentales como los plurales en (-s), la palatalización del grupo -cl intervocálico, el participio femenino acabado en -da, la sonorización o pérdida de las oclusivas sordas intervocálicas pero a diferencia de las lenguas romances occidentales este fenómeno afecta también a las consonantes iniciales, p.
[3][4] El sasarés, también hablado en Cerdeña, posee los rasgos del romance occidental como la sonorización o pérdida de las oclusivas sordas, la sonorización también afecta las consonantes iniciales e incluso a términos científicos o nombres de ciencias como en el galoitálico, palatalización del grupo -cl intervocálico y el uso del plural (-s) solamente en el acusativo en los demás casos utiliza (-e, -i).
[16] Por ello algunos romanistas consideran a la rama insular como un grupo de las lenguas romances occidentales.
Por su ubicación geográfica el mozárabe se clasifica como parte de las lenguas romances occidentales.
Otros lingüistas discuten eso y muestran pruebas de esa sonorización.