Jornadas de Mayo de 1937
Durante la misma, se vilipendió a los líderes del POUM y se les acusó de ser agentes nazis encubiertos bajo una falsa propaganda revolucionaria, constituyendo unos agentes enemigos infiltrados en el país.[5] Los dirigentes del POUM se mostraban cada vez más recelosos a medida que avanzó la primavera de 1937.Cada bando formaba sus depósitos de armas y fortificaba sus edificios en secreto, temiendo que los rivales atacaran primero.Roldán Cortada, socialista del PSUC, fue asesinado por terroristas sin identificar el 25 de abril.[10] Tres principales fuerzas políticas participaron en los acontecimientos que culminaron con los Hechos de Mayo.Para estos grupos la revolución y la guerra eran inseparables, ya que su participación en la guerra (que había resultado decisiva durante los primeros momentos de la misma) no venía motivada por la defensa de la República, sino por la revolución.Aunque el PSUC no era un partido burgués, desde el punto de vista de las autoridades republicanas este se presenta como alternativa frente al caos revolucionario y propugnaba el fortalecimiento del gobierno central que sustituiría los comités locales; para conseguirlo se precisaba de un ejército organizado, instruido y dirigido por un mando único.La central estaba controlada desde el comienzo de la guerra por la CNT-FAI, sindicato obrero que colectiviza por la fuerza la empresa telefónica en las zonas bajo su dominio.[13] Rodríguez Salas, por su parte, obtuvo esta orden del responsable de asuntos interiores en el gobierno autonómico, Artemi Ayguadé,[10] que tomó la decisión sin contar con los demás miembros del gobierno catalán.Eroles persuadió a los trabajadores cenetistas de que cesaran el fuego y aunque se resistieron en un principio, estos entregaron su armas pero no sin antes disparar a través de las ventanas la munición sobrante.Los anarquistas dominaban el sector oeste y todos los suburbios también se encontraban en sus manos.[11] Jacinto Toryho, director de Solidaridad Obrera, se expresó en el mismo sentido.[19] Los ministros anarquistas iban llegando a Barcelona, y con ellos Mariano Rodríguez Vázquez, "Marianet" (secretario del comité nacional de la CNT), Pascual Tomás y Carlos Hernández (del comité ejecutivo de la UGT).No obstante, al oír la alocución radiada por García Oliver permanecieron donde estaban.El gobierno catalán dimitiría, formándose uno nuevo del cual Ayguadé quedaría fuera, para satisfacer las peticiones anarquistas.Los anarquistas denunciaban la complicidad del Gobierno y de los intereses soviéticos en terminar con la Revolución Social que se vive en Cataluña.[20] El clima de alarma se encrespó más aún cuando llegaron al puerto unos destructores británicos.El POUM temía, sin razón alguna, que vinieran en misión de bombardeo.[22] Al difundirse la noticia por la ciudad, la mayor parte de los trabajadores en huelga abandonan la resistencia.Algunos vienen por carretera desde Valencia, después de dominar sendas revueltas en Tarragona y Reus.[1] Los anarquistas locales habían volado los puentes, carreteras y ferrocarriles para impedir el paso a la columna.Aquí la lucha también fue fortísima, aunque al final también fueron derrotados los anarquistas y trotskistas.Personajes en otro tiempo muy influyentes, como Escorza o García Oliver, habían perdido el control sobre sus propios seguidores.[26] La crisis demostró que no podría haber tregua entre los comunistas y el POUM.[27] La Generalidad de Cataluña, los comunistas y el gobierno central parecían dispuestos a actuar conjuntamente contra los extremistas, por la fuerza, si era necesario.El nuevo director de Orden Público en Barcelona, José Echevarría Novoa, no tardó en restaurar la normalidad en gran parte del sistema judicial,[28] pero, de este modo, los comunistas pudieron emprender con mayor facilidad su cruzada contra el POUM.La escritora catalana Mercè Rodoreda publicó en 1962 la novela La plaza del Diamante (La plaça del Diamant en su título original en catalán), obra sobre la historia de una chica barcelonesa (Natalia) a la que le toca vivir la Guerra Civil.En 1982 fue realizada una película basándose en la obra de la escritora catalana, que fue dirigida por Francesc Betriu.La versión cinematográfica La plaza del Diamante constituye un fiel reflejo de la novela.En 1984 se estrenó la película Memorias del General Escobar (dirigida por José Luis Madrid), que narra la historia del general Antonio Escobar en su papel jugado durante la Guerra Civil y también durante los Sucesos de Barcelona.