El vidrio es un sólido amorfo inorgánico duro, frágil y transparente que se encuentra tanto en la naturaleza como producido por el ser humano.
[1] El vidrio artificial se usa para hacer ventanas, lentes, botellas y una gran variedad de productos.
[2] En la lengua popular de ciertos lugares, sobre todo en España, se confunde el vidrio con el cristal, algo incorrecto debido a que son materiales distintos: el vidrio es un sólido amorfo (sus moléculas están dispuestas de forma irregular) y no un sólido cristalino.
[5] Vitrum también se usaba para la hierba pastel (Isatis tinctoria), que teñía de un color azulado.
La obsidiana se utilizó desde la prehistoria principalmente para fabricar objetos cortantes debido a que al fracturarse forma bordes afilados, con los primeros indicios en el actual Kurdistán hacia el 12.500 a. C. Plinio el Viejo (siglo I), en su Historia Natural, cuenta que el vidrio fue descubierto a orillas del río Belus, en Fenicia, cuya arena, por su gran pureza y alto contenido en sílice fue utilizada durante toda la antigüedad para la producción de vidrio.
Se cree que la elaboración del vidrio se mantenía como un secreto reservado a las áreas de producción, y los artesanos de otras zonas debían limitarse a comprar lingotes para elaborar sus piezas.
Egipto produjo un vidrio claro, que contenía sílice puro y como elemento alcalino usaban natrón (carbonato sódico hidratado: Na2CO3·10H2O), extraído de depósitos minerales, o carbonato sódico, obtenido por la calcinación de diversas plantas, especialmente las que crecen en aguas salobres.
Durante la época romana, la manufactura del vidrio se extendió por el imperio, desde Roma hasta Alemania.
[13] Estos avances hicieron que, a partir del siglo I, se desarrollara la industria a gran escala, especialmente en Alejandría, convirtiéndose el vidrio en un producto mucho más asequible y generalizado que en épocas anteriores.
La antigua tradición Sasánida de tallado del vidrio fue continuada por los artesanos musulmanes que realizaron vasijas decoradas en altorrelieve, muchas con motivos animales, y con vidrio incoloro de gran calidad con diseños tallados a la rueda.
Sin embargo, la producción más importante en este material durante la Edad Media fueron los mosaicos de vidrio en la Europa mediterránea y las vidrieras en la zona del norte.
Las más apreciadas se elaboraron durante los siglos XIII y XIV, principalmente en Francia e Inglaterra.
La contribución más importante fue la elaboración de un vidrio sódico duro y refinado muy dúctil.
Hacia finales del siglo XVI las vasijas se hicieron más ligeras y delicadas.
La influencia italiana declinó en el siglo XVII, al surgir en Alemania e Inglaterra nuevos métodos para la fabricación de vidrio.
Tradicionalmente se ha considerado que la materia podía presentarse bajo tres formas: la sólida, la líquida y la gaseosa.
Sin embargo, al igual que los líquidos, estos cuerpos son ópticamente isótropos, transparentes a la mayor parte del espectro electromagnético de radiación visible.
Si se calientan, su viscosidad va disminuyendo paulatinamente —como la mayor parte de los líquidos— hasta alcanzar valores que permiten su deformación bajo la acción de la gravedad, y por ejemplo tomar la forma del recipiente que los contiene como verdaderos líquidos.
Todo parece indicar que los cuerpos en estado vítreo no presentan una ordenación interna determinada, como ocurre con los sólidos cristalinos.
Cuando se calienta el cuarzo lentamente, este va pasando por distintas formas enanciotrópicas hasta alcanzar su punto de fusión a 1723 °C.
Se destacan como más relevantes las siguientes: Otras propiedades, sin embargo, dificultan su elaboración y utilización.
Estos componentes son metales alcalinotérreos, en particular magnesio, calcio o bario, además de aluminio y otros elementos en menores cantidades, algunos de los cuales aparecen aportados como impurezas por las materias primas (caso del hierro, el azufre u otros).
Curiosamente, las correlaciones con las composiciones expresadas en forma molar o atómica son mucho menos fiables.
El vidrio es un material totalmente reciclable y no hay límite en la cantidad de veces que puede ser reprocesado.
Igualmente, otro elemento ligado a la industria del automóvil es la fabricación de espejos retrovisores.
Tanto la industria aeroespacial como la automovilística se han beneficiado y a su vez han hecho notables contribuciones al desarrollo de vidrios cada vez más ligeros y resistentes, como el Gorilla Glass,[28] utilizado después con profusión en la fabricación de teléfonos celulares.
En ocasiones se utilizan vidrios especiales, preparados para soportar elevadas temperaturas o determinadas agresiones químicas.
Incluso en los tubos fluorescentes, cuyas temperaturas de funcionamiento son reducidas, el vidrio que contiene el gas neón es un elemento imprescindible.
Tradicionalmente, las esferas de los relojes se han protegido con vidrios abombados, adoptándose perfiles planos posteriormente.
Sus principales clientes son la industria del automóvil, la aeroespacial, las plantas energéticas y la óptica oftalmológica.