Casi todos los demás se componen de moléculas grandes y complejas.
Un mismo compuesto superenfriado, según el proceso de solidificación, puede formar una red cristalina o un sólido amorfo.
El término proviene del griego a ("sin") y morphé ("figura, forma").
[2][3] Los sólidos amorfos tienen una temperatura característica a la cual sus propiedades experimentan cambios importantes.
La temperatura de transición a vidrio de un material amorfo puede reducirse añadiendo moléculas pequeñas, denominadas "plastificadores", que se adaptan entre las moléculas vítreas y les proporciona mayor movilidad.
Debido a sus propiedades mecánicas, hay un gran número de sólidos amorfos que se emplean como materiales en la industria y la construcción.
Los óxidos amorfos, gracias a su transparencia, solidez y facilidad para darle forma en láminas grandes, se emplean profusamente como vidrio de ventana.
Ciertos polímeros orgánicos, en virtud de su resistencia, peso ligero y fácil procesamiento, se emplean como materiales estructurales (plásticos).
Existen semiconductores amorfos que se emplean en las memorias de ordenador y en células solares gracias a sus propiedades ópticas fotovoltaicas y en la facilidad para crear películas delgadas de gran superficie.
Por esa razón, su diagrama de difracción por rayos X muestra varios picos muy bien definidos a unos ángulos determinados.
En el año 1969, David Turnbull escribió que "probablemente todos los materiales pueden, si se enfrían con la suficiente rapidez y lejanía de la temperatura crítica, ser trasformados en sólidos amorfos".
Esta técnica puede ser utilizada para materiales con tendencia a la formación de sólidos amorfos.
Esta técnica comienza cuando el vapor formado en una cámara de vacío, por la evaporación del material, choca con una superficie fría, obteniéndose una sustancia amorfa.
Por encima, se deforman fácilmente al pasar de una a otra conformación, mientras que por debajo están fijos.
Aunque popularmente se llama cristal y vidrio a un mismo material, existe una diferencia esencial entre ambos.
Existen, sin embargo, vidrios creados por la naturaleza, como la obsidiana que se forma por el calor generado en el interior de los volcanes.
Además, en cristales muy pequeños, el orden de corto alcance abarca una gran fracción de los átomos; sin embargo, la relajación en la superficie, junto con los efectos interfaciales, distorsiona las posiciones atómicas y disminuye el orden estructural.
[7] Se han utilizado diversas técnicas basadas en electrones, rayos X y computación para caracterizar materiales amorfos.