La exposición y las tasas de congelación deben ser lo suficientemente rápidas para evitar la toxicidad y la formación de cristales intracelulares que puedan dañar el contenido celular.
Para conseguir que la deshidratación sea muy rápida se utilizan crioprotectores en concentraciones elevadas.
Antes de la congelación, el material biológico debe equilibrarse con esta solución crioprotectora (en menor concentración) para que pueda soportar el choque osmótico.
Se necesita una velocidad extrema en el proceso de desvitrificación, sacando la muestra del nitrógeno líquido e introduciéndola en medio a 37 °C.
[2] Los sistemas abiertos exponen las muestras directamente a nitrógeno líquido para maximizar la velocidad de enfriamiento y descongelación.
Además, el retraso de la maternidad, obviando la edad del ovocito usado, no evita los problemas de morbimortalidad asociada a un embarazo a alta edad, ya que hay ciertas patologías cuya proporción se ve aumentada: diabetes gestacional, preeclampsia o parto por cesárea.