El cristal de zafiro (también conocido como cristal-zafiro o zafiro sintético) es un cristal sintético con la misma composición química que el zafiro natural y con sus mismas propiedades, como elevada dureza (es el segundo mineral más duro tras el diamante) y gran transparencia, lo que hace que sea muy utilizado en aplicaciones en las que se requieren vidrios de gran dureza y resistencia para evitar el rayado ocasionado en determinados dispositivos por su manipulación frecuente, tales como relojes de pulsera y en un futuro inmediato teléfonos móviles.
También se utiliza ocasionalmente en joyería, aunque no ha reemplazado a las piedras naturales, que siguen teniendo precios mucho más elevados.
En 1902 el químico francés Auguste Verneuil desarrolló un proceso para producir cristales sintéticos a partir de alúmina.
Aquí cristal es un término ambiguo, que no se refiere tanto al estado molecular del material, como a su transparencia.
[12][13] Algunos cristales están fabricados a partir de "bolas" de zafiro puro que se han hecho crecer con una orientación cristalina específica, típicamente a lo largo del eje óptico (denominado eje c), para minimizar su birrefringencia.
Las bolas se cortan verticalmente en el espesor del vidrio solicitado, que finalmente es pulido con el acabado superficial deseado.
Actualmente también se utilizan otros sustratos en estos circuitos, conocidos generalmente como "silicio sobre aislante" ("SOI" por sus siglas en inglés: Silicon On Insulator).