El espacio intermedio entre los vidrios suele llenarse con aire deshidratado u otro gas inerte, pero también es posible formar un vacío, mejorando así sus prestaciones.
En cualquier caso las cámaras se cierran herméticamente para evitar la circulación del aire y la entrada de contaminantes.
A principios del siglo XXI este tipo de acristalamiento ha desplazado en los países desarrollados al acristalamiento monolítico en gran parte de las construcciones (principalmente de zonas climáticas frías), gracias a sus propiedades aislantes.
Cuando la dimensión del paño es importante puede llegar a tener espesores de hasta 35 mm.
Con esta solución se prevé que no haya transmisión de calor por convección o conducción.