Su autor fue Georg Bauer, cuyo pseudónimo era «Georgius Agricola», la traducción de su nombre al latín.
[1] Hasta entonces la minería solía estar en manos de profesionales, artesanos y expertos que no estaban dispuestos a compartir sus conocimientos.
Eran una pequeña élite cosmopolita dentro de la cual el conocimiento existente se transmitía y desarrollaba, pero no era compartido con el mundo exterior.
En 1500 se publicó el primer libro impreso dedicado a la ingeniería minera, llamado Nutzlich Bergbuchleyn (de Ulrich Rulein von Calw).
Agricola había pasado nueve años en la ciudad bohemia de Jáchymov (Joachimsthal), ahora en la República Checa.
Los numerosos grabados y las detalladas descripciones de la maquinaria lo convirtieron en una referencia práctica para aquellos que deseasen reproducir lo último en tecnología minera.