Por el contrario, espejos y prismas sencillos no tienen requerimientos tan complejos como las lentes respecto al vidrio que utilizan, siendo más importantes tanto la parte del espectro respecto a la que son transparentes, como su estabilidad térmica y mecánica, y su trabajabilidad de cara a dotar a estos elementos de una geometría precisa.
Un caso especial respecto a las características exigibles a los vidrios de las lentes los representa la óptica oftalmológica, donde los requerimientos de resistencia y ligereza de las gafas, hacen que los vidrios orgánicos puedan competir ventajosamente con los inorgánicos, aunque sus propiedades ópticas normalmente sean inferiores, y al tener menor dureza, se deterioren más fácilmente.
El vidrio crown, debido a su ligereza, transparencia y menor precio, suele ser el más utilizado en la fabricación de gafas con graduaciones reducidas.
Sin embargo, cuando se requieren correcciones fuertes, se utiliza el vidrio flint, más pesado, pero que presenta la ventaja de necesitar menores espesores por su mayor índice de refracción.
En la fibra óptica, cuya tecnología a gran escala se empezó a desarrollar en la segunda mitad del siglo XX, es especialmente importante la pureza del vidrio utilizado, de la que depende reducir al máximo la atenuación de las señales transmitidas, así como sus propiedades mecánicas, para evitar problemas de fragilidad y de rotura cuando se manejan los cables.