Rebelión del Cuzco
José y Vicente Angulo eran oficiales del ejército realista en Abancay, entonces un partido de la intendencia cusqueña.El plan insurgente fue delatado por uno de los firmantes del pacto revolucionario, Mariano Zubizarreta.Los Béjar, Carbajal, los hermanos Angulo, y otros más fueron arrestados antes de iniciarse las acciones por orden del Virrey.[12] No obstante, por su ascendiente sobre la guarnición del Cusco, mantenían desde allí reuniones políticas.Pumacahua inicialmente prometió 4000 hombres, pero su llamado fue tan popular que más de 20 000 indios se sumaron a su causa.El brigadier Pumacahua, el oficial patriota de más alta graduación, asumió la jefatura militar revolucionaria.La insurrección estaba acordada previamente para estallar en simultáneo en el Cusco, Lima y en el Ejército Real del Alto Perú.Envió, asimismo, tres expediciones militares hacia Huamanga, Arequipa, Puno y La Paz.La autoridad virreinal limeña, todavía debilitada por la guerra contra la revolución de José Gabriel Condorcanqui (Túpac Amaru II), recién tomó medidas enérgicas en octubre.Luego establecieron campamento en Laja, desde donde volvieron a intentar ponerse en contacto con Álvarez de Arenales.[17] La segunda sección patriota ocupó Huamanga el 20 de septiembre, bajo el mando del argentino Manuel Hurtado de Mendoza, quien tenía por lugartenientes al clérigo José Gabriel Béjar y a Mariano Angulo.Hurtado de Mendoza ordenó marchar a Huancayo, que fue tomada pacíficamente.[18] Estas fuerzas fueron puestas al mando de José Manuel Romano, apodado Pucatoro (del quechua: "Toro rojo").El traidor recibiría su castigo a manos del coronel José María Castañeda en 1825.[18] El tercer agrupamiento patriota hizo su campaña en Arequipa al mando del brigadier Mateo Pumacahua, secundado por Vicente Angulo.Pumacahua, como curaca de Chinchero, tenía un gran dominio y liderazgo entre la población indígena.Con el apoyo de numerosos voluntarios civiles que se fueron sumando desde el Cusco triunfaron los patriotas.Allí Ramírez Orozco aplicó severas penas contra los patriotas conocidos de la ciudad.Otros dicen que fue Pumacahua, borracho, quien dio la orden porque Picoaga no le recibió con honores al capitular.El «excelentísimo capitán general y gobernador político» José Angulo prestó allí el solemne juramento de «amar y defender la patria, no permitir que la ofendasen cuanto os pertenezca, ni trabajar contra ella, ni dar lugar a enemigos extraños».En medio del desconcierto causado por esta acción, el general Ramírez dispuso el «ataque a degüello».Hubo numerosos fusilamientos en el campo de batalla, entre ellos el del poeta arequipeño Mariano Melgar.