Fue padre del célebre literato peruano Felipe Pardo y Aliaga.
Fue hijo de Pedro Ignacio Pardo Ribadeneyra y Juana Bernarda González Bañón.
Cuando el 3 de agosto de 1814 estalló en el Cuzco la revolución encabezada por los hermanos Angulo, Pardo fue apresado y tratado con excesiva dureza por los revolucionarios, debido a que se mostró irreductiblemente leal a la corona española.
Derrotados los revolucionarios por las tropas realistas que comandaba el general Juan Ramírez Orozco, Pardo quedó libre y obtuvo permiso para pasar a Lima.
Proclamada la Independencia del Perú, retornó a España con toda su familia, en noviembre de 1821.
Así se privó a la naciente República Peruana de un valioso capital humano.
Fue también el progenitor de una de las más ilustres familias limeñas que cumplirían un importante papel en la política peruana: su nieto Manuel Pardo y Lavalle llegó a ser el primer presidente civil del Perú en 1872, su bisnieto José Pardo y Barreda fue dos veces presidente del Perú a principios del siglo XX, y su tataranieto Juan Pardo Heeren fue Ministro de Hacienda en el Perú.