Lapageria rosea, llamada popularmente copihue, es una planta enredadera perennifolia[5] perteneciente al orden Liliales e integrante de la familia Philesiaceae,[3][6][7][8][9][10] conforme a la clasificación filogenética, o Smilacaceae,[3][4][11] según la clasificación biológica.
Esta especie, la única del género monotípico Lapageria,[3][5][12][13] fue descrita por los botánicos españoles Hipólito Ruiz y José Pavón en 1802.
En tanto, el epíteto específico, rosea[2] (forma femenina del adjetivo latino rŏsĕus, 'rosa, rosáceo, purpúreo, bermejo, encarnado'),[27] se debe al color rojo rosáceo que predomina en las flores de las variedades silvestres.
[28][n 1] Su nombre común, «copihue»,[2] proviene de kopiw o kopiwe —el nombre de su fruto, informalmente conocido como «pepino» en español—,[30] que a su vez se origina en kopün, 'estar boca abajo'.
[7][39] Para transportar polen y efectuar geitonogamia o polinización cruzada, depende de sus polinizadores:[12] los colibríes —principalmente Sephanoides sephaniodes,[12] llamado colibrí austral o picaflor chico; también Sephanoides galeritus,[7] picaflor continental o pingüiririta; y Patagona gigas, picaflor gigante— y los abejorros gigantes.
[41] Pertenece al orden Liliales, integra la familia Philesiaceae,[3][6][7][8][9][10] conforme a la clasificación filogenética, o Smilacaceae,[3][4][11] según la clasificación biológica; y es la única especie del género monotípico Lapageria.
[6] Por otra parte, la Philageria veitchii es un híbrido creado entre el comúnmente llamado «copihue chilote» o «copihuelo» (Philesia buxifolia)[29] y Lapageria rosea en los viveros de la familia Veitch en Exeter (Inglaterra).
[48] Desde Concepción, Wheelwright envió ejemplares al Real Jardín Botánico de Kew, Londres, donde la especie ya se cultivaba en 1847.
[3][33][48] Por su parte, Labadie envió ejemplares blancos al Museo de Historia Natural, París, donde también comenzó su cultivo.
[13] Todas las variedades tienden a cambiar el tono de su flor según la temperatura ambiente y la intensidad de la luz y, así, o se aclaran o se oscurecen.
Anótese, tómese razón, transcríbase al Ministerio de Agricultura y publíquese en el Diario Oficial.
[57] Además, sus frutos son comestibles,[6][15][46][47][58] «dulces, muy gratos al paladar y muy refrescantes».
[6][29] La flor roja de la variedad silvestre ha inspirado leyendas mapuches y ha sido celebrada tanto en la literatura como en la música chilenas.
Pese a que suplicó poder llevarse las pequeñas campanas para alumbrar su camino, los espíritus superiores se lo negaron.
A principios del siglo XX, el músico Osmán Pérez Freire escribió la canción «Copihues rojos»[69] y, posteriormente, la musicóloga Clara Solovera compuso la tonada «Chile lindo» (1948),[70] donde se escuchan referencias al copihue tanto en su primera estrofa como en el coro:
La folclorista Violeta Parra incluyó «Floreció el copihue rojo» en su álbum El folklore de Chile, vol.
[74][75] El escudo del club de fútbol Deportes Temuco muestra un copihue rojo con hojas verdes.
CC., 1932),[77] mientras que un copihue rojo con su tallo verde en el extremo superior fue el símbolo del partido político de izquierda Acción Popular Independiente (API, 1968-1973).