En virtud del rango, emprendimiento y espíritu público del cacique Piceros Carampangue, la Real Audiencia formal cédula, le declaró ciudadano benemérito e hijo ilustre y le otorgó título de fundador de Cobquecura.
El transporte se repuso paulatinamente durante las semanas siguientes, al igual que la educación.
La salud no sufrió graves alteraciones, a pesar de los daños producidos en los establecimientos salubres.
Su imagen urbana corresponde a la fisonomía que tuvieron las actuales grandes ciudades de Chile en esos siglos.
Dentro de sus cualidades arquitectónicas destacan la fachada continua en un piso, con vanos rítmicos y pequeños, predominando el lleno sobre el vacío.