[2][3] Sus primeros 10 años los pasó en la ciudad de Constitución (que en sus escritos llama Maule),[4] pero posteriormente pasó su juventud en varias ciudades, como Valparaíso, Santiago, Parral y Talca, ciudad en la cual se tituló de bachiller en 1905.
También destaca el lenguaje coloquial que aplica a sus personajes, con que Latorre buscó retratar el vocabulario inculto informal de la población chilena durante ese período, y su idiosincrasia al relacionarse entre sí.
Bajo estos rasgos, surgió el criollismo,[5] que Latorre describe como una forma de narrar el conflicto entre el hombre y la naturaleza que lo rodea, mostrando lo mejor y lo peor de este para enfrentarlos.
[7] El criollismo en sí fue esencial para el desarrollo de una nueva perspectiva dentro de la literatura chilena, puesto que retrató en su totalidad todos los rasgos geográficos, sociales y culturales de Chile, mostrando sus diversas realidades con base en sus historias narradas en la costa, en la cordillera, en el bosque o en el campo, enmarcando las realidades en las que vivían el día a día la inmensa mayoría de la población chilena, y todas las condiciones de vida que conlleva (vivienda, alimentación, relaciones familiares, vestimenta, etc.), por lo que esta corriente obtuvo notoriedad tanto a nivel nacional como internacional.
[4] Si bien Latorre logró obtener partidarios por su innovadora corriente literaria, también se enfrentó a detractores.