[4] La idea fue aceptada, y presentada al consejo de la Universidad por el embajador mexicano en Chile, don Gustavo Ortiz Hernán.
Por ello, se escogió para trazar estas figuras a la joven modelo mexicana Victoria Dorantes, originaria de Tlaxcala, la cual poseía los finos rasgos indígenas que Jorge González estaba buscando.
En la parte superior del muro puede apreciarse Tzontémoc («el que cae de cabeza»), deidad que representa el ocaso de la cultura prehispánica; y completando el primer cuadro, a su derecha, se muestra a un soldado español montando a caballo y armado con armadura y puñal, luchando contra un hombre-águila armado con una maza, representándose así la lucha por la conquista.
El muro central comienza apenas un poco más a la izquierda, con el soldado español y la mujer indígena, los principales autores del mestizaje.
El origen de su rostro, en cambio, se desconoce, apareciendo en otras obras del autor.
[10] Sobre la mujer puede apreciarse un capitel, que simboliza el aporte grecolatino a la cultura americana; y un poco más a la izquierda, grandes bloques de roca sólida, que conforman una gran estructura vertical, simbolizan la arquitectura mesoamericana.
Así se comienza con Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Brasil, Perú, Ecuador, Venezuela y Colombia, de América del Sur; se continúa con Haití, Cuba, Panamá, Costa Rica, Honduras, Nicaragua y Guatemala, de América Central, y se concluye con México, de América del Norte.
Únicamente se excluyen aquellos pueblos que no son soberanos; esto es, las colonias francesas de Clipperton, Guadalupe, Guayana Francesa, Martinica, San Bartolomé y San Martín, además del estado estadounidense de Puerto Rico.
Al fondo, en un tercer plano, también puede apreciarse la lejana Cordillera de los Andes, y en la parte superior del mural aparecen escritos los versos del poeta chileno Pablo Neruda, que coronan toda la obra: Al igual que el campanil, el mural Presencia de América Latina constituye un verdadero emblema de la cultura penquista.