Historia de la medicina y la farmacia en Chile

Sin embargo, en 1957, debido al éxito del negocio, María Maluje, junto con su marido, el abogado Luis Contreras, decidieron construir un edificio muy cerca de allí, en la calle Tucapel, entre Freire y Maipú, con el fin de albergar departamentos privados y trasladar el negocio a estas nuevas dependencias.

[2]​ Diseñado por el arquitecto Javier «Maco» Gutiérrez,[7]​ el nuevo local fue pensado desde su edificación para contener un mural en su interior que pudiese ser visto desde la calle.

Los participantes aprovecharon la instancia para tomar fotografías y comentar la obra mural, bajo la cual se desarrolló todo el evento.

[9]​ Luego del traslado de la farmacia Maluje en 1957 a su ubicación actual, María Maluje y su esposo pidieron al artista Julio Escámez la realización de un mural en las dependencias del local, sobre los muros dejados libres para este propósito.

[15]​ El cuadro central actúa como transición de lo rural a lo urbano, donde se relacionan la arquitectura humana con el paisaje natural.

[15]​ Finalmente, el cuadro del costado derecho está dedicado a la medicina contemporánea, fruto de la relación entre la educación, la investigación universitaria y la labor pública.

En el segundo piso, por su parte, en una sala-laboratorio de química dicta una clase el escritor y químico-farmacéutico Daniel Belmar.

[15]​ En la totalidad del mural es apreciable una transición entre la medicina tradicional y los métodos actuales de farmacia alópata.

[2]​ Además, plantea una perspectiva esperanzadora, donde la medicina urbana y su desarrollo universitario aseguran la supervivencia del paciente contemporáneo.

Exterior de la droguería Alemana en 2012.
Interior de la Droguería Alemana en 2012, con parte del costado derecho del mural.
El médico Alejandro Lipschutz aparece retratado en el tercer cuadro de la obra.