En botánica, el término dehiscencia designa la apertura espontánea de una estructura vegetal, una vez llegada su madurez, para liberar su contenido.
Sus células presentan paredes desigualmente engrosadas, con filetes lignificados más anchos hacia la cara interna de la célula, donde se unen entre sí; en cambio se adelgazan hacia la cara externa.
Por esta razón, al producirse la deshidratación de las células, estas se acortan tangencialmente, originando tensiones que conducen a la apertura de la antera.
La dehisencia ocurre únicamente en los frutos secos, y según el tipo de placentación y de fecundación que tuvo el fruto, existen diferentes tipos de dehiscencia: Un fruto que desarrolla un gineceo compuesto de carpelos fusionados, que, tras la fertilización, crece transformándose en silicua, después de la maduración seminal tendrá lugar la dehiscencia, y las valvas se despegan del septum central liberando las simientes.
Este proceso es similar a la dehiscencia de anteras y la región que se rasga (zona de dehiscencia) corre enteramente a lo largo del fruto entre las valvas y el replum (septum externo).