Normalmente, en el ojo la temperatura es cálida y este se encuentra libre de nubes (sin embargo, el mar puede ser extremadamente violento).
El huracán clásico contiene una nubosidad central densa simétrica, lo cual significa que es perfectamente circular y redondo en todos sus lados.
El daño más grave debido a fuertes vientos ocurre mientras la pared del ojo de un huracán pasa sobre tierra.
[25] Este bucle de retroalimentación positiva continúa mientras las condiciones sean favorables para el desarrollo del ciclón tropical.
[27] Lo que principalmente distingue a un ciclón tropical de otros fenómenos meteorológicos es la condensación como fuerza conductora.
[28] Para poder seguir alimentando su motor de calor, el ciclón tropical debe permanecer sobre agua cálida, que provee la humedad atmosférica necesaria.
Todos estos efectos pueden combinarse para producir un descenso dramático de las temperaturas en un área considerable durante algunos días.
También, en la región del Atlántico Norte donde se forman los huracanes, los vientos alisios, que son corrientes de viento principalmente con dirección oeste, llevan a las ondas tropicales (precursores de depresiones y ciclones tropicales) en esa dirección, desde la costa africana hacia el Caribe y Norteamérica.
Pero, aunque los pronósticos son cada vez más exactos desde hace 20 años, los científicos aseguran que tienen muchos menos medios para predecir la intensidad.
En un episodio anterior, el desastre golpeó cuando un huracán, al este de Jacksonville, Florida, fue sembrado, cambiando repentinamente su curso y golpeando en Savannah, Georgia.
Todas estas aproximaciones sufrieron el mismo problema: los ciclones tropicales son demasiado grandes para que cualquiera de ellas sea práctica.
Al ser un peligroso fenómeno oceánico, las estaciones meteorológicas rara vez están disponibles en el lugar de la tormenta.
Sin embargo, es posible tomar mediciones in situ, en tiempo real, enviando vuelos de reconocimiento especialmente equipados para introducirse en un ciclón.
[63][64] Durante la Segunda Guerra Mundial, los ciclones tropicales solo recibían nombres femeninos, principalmente para ayudar a los pronosticadores, y en cierto modo, de una manera ad hoc.
La convención moderna apareció como respuesta a la necesidad de realizar comunicaciones que no fuesen ambiguas entre barcos y aviones.
Sin embargo, dado que las tormentas tropicales y los huracanes son básicamente destructivos, algunas personas consideraron esta práctica como sexista.
Sin embargo, los efectos más devastadores de un ciclón tropical ocurren cuando cruzan las líneas costeras, haciendo entrada en tierra.
[74] Adicionalmente, la destrucción causada por Camille en la costa del Golfo estimuló el redesarrollo, incrementando sensiblemente el valor de la propiedad local.
Aunque el registro muestra un aumento distinto en el número y fuerza de huracanes intensos, por lo que los expertos analizan los datos anteriores sin tomarlos como certeza.
Los huracanes más destructivos golpearon de forma frecuente entre 1926-60, incluyendo muchos major hurricanes en Nueva Inglaterra.
[76] La pregunta es si existe una tendencia estadística que indique un aumento en la fuerza o frecuencia de los ciclones.
Tanto Emanuel como Webster y otros, consideran que la temperatura del mar es una clave importante en el desarrollo de los ciclones.
Aunque las velocidades registradas no se consideran totalmente ciertas, ya que los equipos suelen terminar destruidos en condiciones tan extremas, el huracán Camille fue la única tormenta que entró en tierra con tal intensidad, convirtiéndola, con 305 km/h como velocidad de vientos sostenidos y rachas de hasta 335 km/h, el ciclón tropical más fuerte al hacer entrada en tierra.
El tifón Nancy en 1961 tenía un récord con vientos de hasta 345 km/h, pero investigaciones recientes indican que las velocidades medidas entre 1940 y 1960 eran más elevadas de lo que en realidad debían ser, y por tanto no se considera la tormenta con vientos más potentes registrados.
Antes del Katrina, el sistema más costoso en términos monetarios fue el huracán Andrew en 1992 que causó unas pérdidas estimadas de 39 mil millones por los daños ocasionados en Florida.
[104] La palabra ciclón fue acuñada por el capitán Henry Piddington, quien la usaba para referirse a una tormenta que hizo añicos un carguero en Isla Mauricio en febrero de 1845.
[108] Los ciclones extratropicales también pueden ser peligrosos cuando sus centros de bajas presiones producen fuertes vientos y mar alta.
Aunque las tormentas subtropicales rara vez atraen vientos de fuerza huracanada, pueden volverse tropicales según su núcleo se calienta.
[110] Desde un punto de vista operacional, no se considera que un ciclón tropical pueda convertirse en subtropical durante su transición extratropical.
[111] En la cultura popular, los ciclones tropicales han aparecido en numerosos medios, como en el cine, la literatura, la televisión, la música o los videojuegos.