Las ondas tropicales son transportadas hacia el oeste por los vientos alisios, que soplan paralelos a los trópicos, y pueden conducir a la formación de ciclones tropicales en las cuencas del océano Atlántico norte y del Pacífico nororiental.
Una onda tropical normalmente sigue una zona de aire descendiente, intensamente seco, que sopla desde el noreste.
A medida que la onda se mueve hacia el oeste, las lluvias disminuyen gradualmente.
Sin embargo, no se la considerará como tal a menos que presente una circulación cerrada.
Sin embargo, el Centro Nacional de Huracanes (NHC) realiza monitoreos constantes en esta zona que pueden desarrollar una ciclogénesis tropical.