Guerras árabo-bizantinas

Tanto el gobierno abasí como los señores locales organizaban incursiones y represalias de las campañas enemigas casi todos los años, hasta bien entrado el siglo X.La última de estas contiendas terminó con victoria para los bizantinos: el emperador Heraclio recuperó todos los territorios perdidos y devolvió la Vera Cruz a Jerusalén en el año 629.[6]​ Mahoma murió en 632 y le sucedió al frente del Estado islámico Abu Bakr, el primer califa, que obtuvo el dominio de toda la península arábiga merced a las victorias en las guerras Ridda; estas permitieron la formación de un poderoso Estado musulmán que abarcaba toda la península.En el Levante, tropas regulares bizantinas, reforzadas por reclutas locales, se enfrentaron al ejército musulmán invasor.[11]​ Según historiadores musulmanes, los monofisitas y judíos del Levante dieron la bienvenida a los invasores árabes, dado que estaban descontentos con el gobierno bizantino.Tanto el emperador Heraclio como el califa Omar siguieron una estrategia de destrucción en esta zona, intentando transformarla en una barrera efectiva entre ambos campos.[39]​[40]​ El estallido de la primera guerra civil musulmana en el 656 otorgó una pausa preciosa para Bizancio, que el emperador Constante II (r. 641–668) utilizó para apuntalar sus defensas, extender y consolidar su control sobre Armenia y sobre todo para iniciar una importante reforma de su armada que tuvo un efecto duradero: estableció la themata, las amplias divisiones territoriales de mando en las cuales Anatolia, el principal territorio contiguo que le quedaba al Imperio, fue dividida.[41]​ Tras su victoria en la guerra civil, Muawiyah lanzó una serie de ataques contra las posesiones bizantinas en África, Sicilia y Oriente.[42]​ Hacia el 670, la flota musulmana había penetrado en el mar de Mármara y permanecido en Cícico durante el invierno.Cuatro años más tarde, una flota musulmana gigantesca reapareció en el Mármara y restableció su base en Cícico, desde donde asaltaron las costas bizantinas casi a voluntad.Finalmente, en el 676 Muawiyah envió un ejército a Constantinopla para asediarla tanto por tierra como por mar, comenzando el primer sitio árabe de esta ciudad.Como escribe Gibbon, "este Alejandro mahometano, que suspiraba por nuevos mundos, fue incapaz de preservar sus recientes conquistas.En Bizancio, el general León el Isaurio (r. 717–741) acaba de acceder al trono en marzo del año 717, cuando el impresionante ejército musulmán bajo el liderazgo del afamado príncipe omeya y general Maslama ben Abd al-Malik Ibn-Marwan comenzó a moverse hacia la capital imperial.A medida que el hambre y las epidemias continuaron asolando el campo árabe, el asedio fue abandonado el 15 de agosto del 718.Esto suscitó contactos diplomáticos mucho más regulares, y a veces amistosos, así como al reconocimiento recíproco de ambos imperios.[55]​[56]​ Tanto los omeyas como después los abásidas siguieron tomando las expediciones anuales contra los "enemigos tradicionales" del Califato como una parte integral de la yihad continuada, y pronto pasaron a organizarse de modo regular: una a dos expediciones en verano (pl.En el 726, León publicó un edicto condenando su uso y se mostró a sí mismo cada vez más crítico con la iconodulia.[62]​[63]​ El Califato omeya, sin embargo, estaba cada vez más disperso, distraído por conflictos en diferentes lugares, especialmente las guerras jázaro-árabes en las que se enfrentaba a los jázaros, con quienes León III había firmado una alianza casando a su hijo y heredero, Constantino V (r. 741-775) con la princesa jázara Tzitzak.[76]​ Cuando los árabes capturaron Salónica, la segunda ciudad más importante del Imperio, esta fue rápidamente recapturada por los bizantinos.[76]​ Los árabes no cesaron en sus designios en Asia Menor y en el 838 comenzaron otra invasión, asaltando la ciudad de Amorio.Estos establecieron un emirato pirata en la isla y durante más de un siglo asolaron las costas hasta entonces seguras del mar Egeo.[78]​ Sigue sin conocerse si Miguel llevó a cabo este asalto bajo el mando supremo del rey Tomislav de Croacia, como ha sido sugerido por algunos historiadores.Por encima de todo, los bizantinos comenzaban a estabilizar su fuerte presencia en el mar Mediterráneo, y especialmente en el Adriático.Su nieto y sucesor, Juan I Tzimisces, siguió todavía más allá, casi alcanzando Jerusalén, pero su muerte en el año 976 terminó la expansión bizantina hacia Palestina.Basilio ganó diferentes batallas en Siria, liberando Alepo, tomando el valle del Orontes, y continuando sus incursiones hacia el sur.[81]​ Estas guerras concluyeron cuando los invasores turcos y diferentes grupos mongoles sustituyeron a los árabes como potencia regional.Los bizantinos sufrieron importantes pérdidas territoriales, mientras que los invasores árabes impusieron su señorío en Oriente Próximo y en el norte de África.Peor aún: según Thomas Woods, los emperadores intervenían habitualmente en aspectos de la vida eclesiástica que no concernían al Estado.[84]​ Así, se ha defendido que el poder de Carlomagno fue una consecuencia indirecta del surgimiento del movimiento religioso fundado por Mahoma Pirenne afirmó que el Imperio franco nunca habría existido sin el islam, y Carlomagno sin Mahoma sería inconcebible.Kaegi afirma que se ha dado mucha mayor atención académica a las fuentes árabes existentes en relación con sus oscuridades y contradicciones.
La región Sham fue solo el comienzo de la expansión musulmana . Expansión bajo el profeta Mahoma , 622-632 Expansión durante el Califato Patriarcal , 632-661 Expansión durante el Califato omeya , 661-750
A pesar del turbulento reinado de Justiniano II, último emperador de la dinastía heracliana , las monedas que acuñó todavía portaban la tradicional " PAX ", paz.
Mapa de la frontera árabo-bizantina en el sureste de Asia Menor , en torno a la zona del Tauro y Antitauro.
El asedio de Amorio, miniatura del Madrid Skylitzes .
Mapa de la competencia naval entre árabes y bizantinos en el Mediterráneo, siglos VII al XI.
Nicéforo II y su hijastro Basilio II (a la derecha). Bajo la dinastía macedónica , el Imperio bizantino se convirtió en el poder más fuerte de Europa, recuperando territorios perdidos en la guerra.
Las guerras árabo-bizantinas sentaron las bases para el desarrollo del feudalismo en la Europa Medieval .
Guillermo de Tiro (derecha, siglo XII ). Importante cronista de las Cruzadas y de las últimas fases de las guerras árabo-bizantinas.