Sitio de Constantinopla (626)

[1]​ Esto, sumado a la mala administración religiosa y civil dejó al imperio en un estado deplorable cuando el rey sasánida Cosroes II atacó, usando el golpe de Estado como un pretexto para iniciar la guerra.[1]​ Heraclio, un general con poca experiencia pero mucha energía, rápidamente comenzó a corregir las dañinas políticas que había adoptado Focas durante su reinado.Aun así, pese a sus ofensivas en Mesopotamia (actualmente Irak), Heraclio no pudo evitar que las fuerzas persas asediaran la capital desde Calcedón.Luego marchó hacia Ctesifonte, donde la anarquía reinante le permitió obtener términos más favorables; el rey persa había sido depuesto y sustituido por otro.Una vez concluida la guerra, persas y bizantinos no se volverían a enfrentar en el campo de batalla hasta la invasión árabe-islámica del Levante.