Sayf al-Dawla

A continuación, negoció un tratado de paz con los ijsidíes, y se concentró en combatir al Imperio bizantino.

Obtuvo una gran victoria en 953, cerca de Kahramanmaras, en la que pereció el patricio León Maleno, Bardas Focas fue herido y su hijo Constantino, capturado.

Durante los tres años siguientes, consiguió más victorias, en las que perdieron la vida varios jefes bizantinos.

La magnífica construcción fue saqueada, así como la ciudad y los alrededores, pero los bizantinos se retiraron una semana después.

Miembros de esta se casaron con kurdos, que ocupaban también importantes puestos en el ejército hamdaní.

Durante sus largas ausencias para acudir a Bagdad, frecuentes en sus últimos años de vida, había delegado su autoridad en su primogénito, Hasán, el futuro Nasir al-Daulá.

Al-Ijshid no intervino directamente en la región, sino que optó por apoyar a Adl al-Bakchami, gobernador de Rahba.

[8]​[20]​ Al-Muttaqui solicitó entonces la colaboración de al-Ijshid contra los distintos caudillos militares que deseaban someterlo a su voluntad.

El pacto se selló con la boda de Saif al-Daulá con una sobrina de al-Ijshid; el califa dio su asentimiento al pacto, aquiescencia meramente formal y le confirmó a Saif al-Daulá su laqab poco después.

[22]​[25]​[26]​ El armisticio con al-Ijshid duró hasta la muerte de este en julio del 946, acaecida en Damasco.

Entonces Saif al-Daulá se apresuró a marchar al sur, tomar Damasco y penetrar en Palestina.

Más al sur se encontraban los Tanuj, yemeníes, asentados alrededor de Maarat an-Numan, mientras que las costas estaban pobladas por Bahra y kurdos.

Esto le facilitó conseguir el apoyo de las tribus árabes; los beduinos tuvieron un papel destacado en su administración.

[33]​ En el 955 se desencadenó una gran rebelión en la que participaron todas las tribus, las nómadas y las sedentarias, incluso la de los Kilab, estrechamente aliada a los hamdaníes.

[46]​ Saif al-Daulá entró en guerra con los bizantinos en el 936, encabezando una expedición de socorro a Samósata, ciudad que por entonces asediaban.

[47]​[55]​[56]​ Las campañas hamdaníes contra los bizantinas también se vieron estorbadas por el sistema fronterizo de la Thughur.

Los dos bandos disputaron una reñida batalla en medio de una lluvia torrencial que concluyó con victoria musulmana: Tzimisces perdió en ella cuatro mil soldados.

Cuando volvía al emirato, sus huestes casi fueron aniquiladas en una emboscada que les tendieron León Focas y sus hombres.

Saif al-Daulá volvió a librarse del cautiverio, pero la derrota supuso el fin de su poderío militar.

Los gobernadores de la zona empezaron a pactar con los bizantinos y la autoridad hamdaní peligró incluso en la propia capital del emirato.

[68]​[69]​ El ejército bizantino, que se afirma contaba con setenta mil hombres, tomó Marash, Sisium, Duluk y Manbij, asegurándose de esta manera los puertos del Anti-Tauro.

[68]​[70]​[71]​[72]​ No hubo ataques bizantinos en el 963, porque Nicéforo estuvo ese año preparándose para obtener el trono imperial,[73]​ pero ese año Saif al-Daulá comenzó a sufrir hemiplejia y se agravaron sus problemas urinarios e intestinales, por lo que tuvo que moverse en litera.

Las enfermedades limitaban su capacidad para intervenir personalmente en los asuntos de Estado; al poco abandonó Alepo, que dejó en manos del chambelán, Qarquya, y pasó sus últimos años en Mayyafariqin, dejando el mando de las operaciones militares contra los bizantinos y los rebeldes a sus principales ghilman.

Cercó Mopsuestia, que no pudo tomar, y se retiró cuando la hambrina empezó a extenderse por la provincia.

[68]​[74]​ En el otoño estalló una sublevación aún más grave en Antioquía, cuyo cabecilla fue el antiguo gobernador de Tarso Rashiq ibn Abdalá al-Nasimi y se debió a la incapacidad de Saif al-Daulá para frenar a los bizantinos.

Este venció a Qarquya y conquistó Alepo, pero luego la abandonó para hacerse con el control del norte de Siria.

Sayf al-Dawlah charges the army with the burden of his zeal, which large hosts are not strong enough to bear, And he demands of men what only he can do— Saif al-Daulá se rodeó de eminentes intelectuales, entre los que destacan los ilustres poetas al-Mutanabbi y Abú Firas, el predicador Ibn Nubata, el filólogo Ibn Chini, y el destacado filósofo al-Farabi.

Abú Firas acompañó a Saif al-Daulá en sus campañas contra los bizantinos y fue hecho cautivo en dos ocasiones.

[4]​[95]​[96]​ Su política, sin embargo, no fue tan apreciada por sus contemporáneos: el cronista Ibn Hawqal, que viajó por su emirato, describe la opresión y la explotación económica del pueblo llano, que tenía relación con la costumbre hamdaní de expropiar vastas fincas en las zonas más fértiles para dedicarlas al monocultivo de cereales con el fin de asegurar el alimento a la creciente población bagdadí.

Alepo devino vasalla del imperio; durante cincuenta años se la disputaron los bizantinos y los fatimíes egipcios, la nueva potencia musulmana de la región.

Sayf al-Dawla en su corte
Árbol genealógico de la dinastía hamdaní
Mapa de la Mesopotamia superior , núcleo del poder hamdánida
El Levante ( Bilad al-Sham ) y sus divisiones en los siglos IX y X .
Los territorios hamdaníes en su apogeo, en torno al 955
Los principados caucásicos, la frontera oriental bizantina y el norte de Siria y la Mesopotamia superior a principios del siglo X .
La frontera arabo-bizantina
León Focas envía a Abí'l-Ashaír a Constantinopla, donde se le somete a una humillación ritual. [ 63 ] ​ Miniatura del Skylitzes Matritensis
Conquista bizantina de Alepo en una miniatura del Skylitzes Matritensis
Representación de Saif al-Daulá y su corte, en el Skylitzes Matritensis