Contraataque militar
[8] El primero busca recuperar terreno crítico importante perdido en la defensa mediante la expulsión del enemigo de una posición o destruyéndolo.[15] Según Clausewitz, la defensa activa también requiere movilidad y sorpresa constantes pero advierte que es mejor porque jamás es bueno ceder la iniciativa.[17] Por ejemplo, en Falkirk los piqueros escoceses formaron en grandes círculos (schiltron) con los que rechazaron una primera carga de los caballeros ingleses.Clausewitz describe a la tercera fase: «Cuando el enemigo ha revelado todo su plan y ha gastado la mayor parte de sus fuerzas, el defensor intenta lanzarse su cuerpo contra una parte de las fuerzas enemigas, abriendo así una batalla ofensiva menor propia... para producir una total inversión».[27] Los cebados son aquellos donde el defensor atrae al atacante a una posición destacada o inoportuna y luego emplea una fuerza de ataque para destruirlo, es decir, se lleva al enemigo a un área previamente preparada para ser ideal para el contraataque,[28] como en una retirada fingida.En Magesfontein el mariscal británico Paul Sanford Methuen contraatacó a los bóeres, esperando encontrar una fuerza pequeña y ligeramente armada, pero sus enemigos habían ocultado una ejército numéricamente superior usando la quebrada de un río.[nota 2] Algo similar había sucedido en Antietam cuando el general unionista George Brinton McClellan también dejó a un Lee derrotado retirarse sin contraatacar.Durante la Cuarta Coalición, el general Levin August von Bennigsen abandonó sus posiciones defensivas y ordenó al ejército ruso contraatacar, aprovechando que el VI cuerpo del mariscal francés Michel Ney parecía estar aislado en Guttstadt, pero los soldados franceses demostraron su habilidad escapando cuando los rusos, más numerosos, intentaron rodearlos; Ney se vio ayudado por la incapacidad de los comandantes rusos y prusianos para actuar de forma coordinada y seguir las órdenes de sus oficiales superiores.Refugiado al este del río Alle, lo cruzó para atacar en Friedland a los cuerpos del mariscal Jean Lannes, que resultaron estar menos aislados de lo que creía y pronto los rusos se vieron atrapados con el río a sus espaldas dejándoles pocas posibilidades de retirada.[49] También podía ser que el comandante enemigo sea muy intrépido y su ejército de muy buena calidad, impidiendo contraatacar a tiempo.[50] Su plan era dejar a los macedonios cruzar mientras les debilitaban con flechas, luego contraatacar con su caballería flanqueándolos y atacando su retaguardia.[50] La forma más sencilla de anular esta táctica era no atacar a un adversario cuando se encontraba en una posición fácilmente defendible.Finalmente, cuando los aliados estaban diezmados Villars preparó su contraataque, sin embargo, fue herido de un disparo y la operación se canceló.Las armas eran poco efectivas y la movilidad limitada, así que los atacantes no podían hacer maniobras más complejas como un flanqueo ni los defensores reaccionar a tiempo ante una penetración de su línea.[64] Algo que continuó Lucio Licinio Lúculo en Cícico[65] y Julio César en casi todas sus batallas después de Bibracte.[69] En otro caso, los heftalitas cavaron dos trincheras en una planicie, las ocultaron y colocaron a su ejército detrás, existiendo un pequeño paso de tierra entre ambas.[1] Cuando los turcos invadían su principado, Esteban III desgastaba sus expediciones con guerrillas y negándoles los suministros arrasando toda tierra por donde iban a pasar.Cuando decidió presentar batalla combinó su conocimiento del terreno y tácticas innovadoras defensivas para vencer a un enemigo muy superior en número.[1] Durante la Primera Guerra Mundial, los británicos lanzaron una ofensiva contra las trincheras alemanas en Cambrai, sin embargo, en menos de un mes el general Georg von der Marwitz ordenó un exitoso contraataque.[86] El capitán alemán Willy Rohr fue clave al desarrollar y formar unidades especializadas en lanzar contraataques llamadas Sturmabteilung, «destacamentos de asalto».[4] Para enfrentar la guerra relámpago alemana, en el frente oriental los soviéticos crearon un sistema de defensa en red: primero, varias líneas de puntos fuertes que se dan soporte entre sí retrasan y desgastan el avance del atacante; segundo, se lanzan grandes contraataques.[90] Otro ejemplo sería Stalingrado, en que la guarnición soviética consiguió defender la ciudad y distraer a los alemanes, mientras el mariscal Gueorgui Zhúkov preparaba su famoso contraataque contra los flancos de los asaltantes.En Aspern-Essling y Wagram, el archiduque austriaco Carlos de Austria-Teschen no defendió la línea del río, evitando una actitud pasiva donde los franceses podrían haber concentrado su poder en un punto para romper las defensas.Muchos ingleses murieron ahogados al caer a sus aguas, en tanto que sus compañeros en la otra orilla solo pudieron mirar.[105] La clave fue atacar en el momento preciso, cuando aún no hubieran cruzado demasiados ingleses pero tampoco cuando fueran muy pocos, pues se deseaba causar muchas bajas.[106] Los grandes problemas que tiene un ejército bajo ataque para retirarse en orden a través de un río se demostraron en batallas como Friedland, Aspern-Essling y Leipzig.[108] Esto permitió a los soviéticos del general Andréi Yeriómenko lanzar una contraofensiva que acabó con toda esperanza de evacuación.[109] Atacar desde una posición defensiva permite tomar al enemigo desprevenido a la vez que se consigue conservar la movilidad y protección.En Valea Albă Esteban III de Moldavia, que había estado esperando al sultán otomano Mehmed II en una sólida posición defensiva,[81] decidió atacar cuando vio aproximarse la vanguardia turca.Los jenízaros otomanos fueron detenidos e incluso temporalmente retrocedieron con cuantiosas bajas,[115] pero siguieron atacando hasta tomar las posiciones[116] y el ejército moldavo fue dispersado.