John Churchill, I duque de Marlborough

Churchill se ganó una reputación en Europa que no tuvo rival hasta el ascenso de Napoleón.

John Churchill era hijo de sir Winston Churchill (1620 – 1688), miembro del Parlamento, que poseía propiedades pequeñas pero era lo suficientemente influyente en la corte de Carlos II como para poder mantener a sus hijos allí y en las fuerzas armadas.

Allí permaneció tres años, ganando experiencia de campo en las constantes escaramuzas con los moros locales.

En 1673 el Parlamento inglés decidió dar por finalizada la participación de Inglaterra en esa guerra.

No obstante las relaciones del conde y su influyente esposa Sarah con la familia real fueron distantes.

No se dio ninguna explicación pública de las razones que habían llevado a esta decisión.

Sin embargo, el conde continuó manteniendo contactos con Jacobo II, lo que condujo al “incidente de Cameret-sur-mer”.

Los servicios de inteligencia franceses alertaron del asalto, lo que dio tiempo al mariscal Vauban para reforzar las defensas e incrementar la guarnición.

Nunca se ha sabido si la carta de Marlborough es una nueva falsificación preparada por sus enemigos en la corte o es auténtica.

En 1702, al convertirse en reina Ana, la hija de Jacobo II, Marlborough recuperó su lugar en la corte.

Marlborough recibió el mando de las tropas inglesas, holandesas y austriacas.

En el lado borbónico el mariscal Boufflers había sido sustituido por el mariscal François de Neufville de Villeroy como comandante en los Países Bajos Españoles, pero Marlborough continuó conquistando ciudades y tomó Bonn, Huy y Limburgo y solo la renuencia de los aliados neerlandeses impidió que se enfrentara a las tropas francesas en Flandes en una batalla decisiva.

Ese año el imperio Austríaco de Leopoldo I, presionado en su frente occidental por franceses y bávaros y en el oriental por los rebeldes húngaros, estaba a punto de abandonar la guerra.

Desplazó las tropas inglesas hasta el Mosela (un plan aprobado por La Haya), pero una vez allí, abandonó a las tropas neerlandesas y continuó en solitario hasta enlazar con los austriacos en el sur de Alemania.

En 1706 los generales franceses habían conseguido algunas victorias en Alsacia e Italia deteniendo el avance aliado.

Al finalizar esta campaña había conquistado casi todos los Países Bajos Españoles (excepto Luxemburgo, Namur y Mons) mientras en el frente italiano el príncipe Eugenio de Saboya vencía a los franceses en Turín expulsándolos de la Valtelina.

Este hecho fue utilizado por sus detractores para acusar a Marlborough de intentar prolongar la guerra para continuar ganando fama y dinero.

Este año, tras acceder Jorge I al trono, regresó a Inglaterra, donde le fueron restituidos todos sus honores.