Batalla de Schellenberg

Hacia el 22 de junio, se unieron al ejército del Duque los refuerzos imperiales del Margrave de Baden, en Launsheim, tras lo cual se creó una fuerza que sumaba 80.000 hombres.

[4]​ Para realizar esta operación, los aliados necesitaban una base en la retaguardia, útil para el almacenamiento de provisiones y munición, así como un buen paso sobre el Danubio (habían extendido demasiado las líneas de suministro, que pasaban por Nördlingen y Núremberg).

[12]​ Esta tropa, que contaba con 32 escuadrones de apoyo, fue dirigida por el general holandés Johan Wingand van Goor.

[16]​ Sin embargo, los vigías bávaros avistaron el decidido avance de Marlborough, que pretendía realizar un asalto inmediato, y dieron la voz de alarma, por lo que el General d’Arco interrumpió de inmediato su cómodo almuerzo y se apresuró al fuerte Schellenberg para llamar a sus hombres a las armas.

Este ataque fue rápidamente contestado por el General d’Arco, cuyos cañones comenzaron a disparar desde el fuerte de Gustavo Adolfo.

El movimiento pretendía parar el fuego de la defensa enemiga, permitiendo así distinguir a Marlborough el lugar óptimo donde crear una brecha.

[24]​ Aunque Mordaunt y Muden sobrevivieron a la operación, la mayoría había muerto esa noche.

La disciplinada marcha de los atacantes hacia el Schellenberg pronto se convirtió en un violento ataque.

La Guardia del Elector y los hombres del Coronel de la Colonie sufrieron lo peor del ataque, “El pequeño parapeto que separaba los dos ejércitos se convirtió en la más sangrienta lucha que pudiese concebirse.”[14]​ De todos modos, las fuerzas aliadas no pudieron penetrar en las defensas y tuvieron que regresar a su posición inicial.

El General van Goor, que había dirigido el ataque, se contaba entre las numerosas víctimas.

En este ataque, también murió el oficial que dirigía la operación, el Conde de Limburg-Styrum.

Con el caos imperante, se rompieron filas y las tropas atacantes huyeron colina abajo mientras los exultantes granaderos bávaros, que habían saltado la empalizada con sus bayonetas caladas, les perseguían.

[32]​ El otro comandante aliado, el Margrave de Baden (que se había unido a la batalla media hora después que Marlborough), avistó enseguida esta oportunidad y partió raudo con sus granaderos desde la llanura de Berg para asaltar el fuerte por el flanco izquierdo.

[33]​ Sin embargo, tres compañías de granaderos concentraron sus descargas en los dragones franceses, obligándoles a retirarse.

[35]​ Por esto, los defensores confiaban en que volverían a repeler el ataque aliado: “Permanecimos firmes en nuestros puestos, nuestro fuego era más regular que nunca y estábamos seguros de nuestro éxito.”[14]​ Poco después del asalto de Baden, las fuerzas francobávaras avistaron líneas de soldados con uniformes grises que venían desde Donauwörth.

Entonces, Marlborough dirigió al ala izquierda del ejército aliado, apoyada por un regimiento de dragones de reserva, hacia las debilitadas líneas defensivas, con lo que obligó a los soldados a descender por la colina y romper su orden.

El pánico se apoderó de las tropas francobávaras, que huyeron despavoridas, y el duque envió 35 escuadrones de caballería y dragones a perseguir a los tropas enemigas en su huida.

No había una buena ruta de escape, pues el puente sobre el Danubio se había derrumbado durante la batalla, y la mayoría de los hombres del Conde d’Arco murieron ahogados intentando cruzar el rápido río.

Esto hizo que se retirase más allá del río Lech y acampó con sus tropas cerca de Augsburgo.

Sin embargo, el Duque estaba decidido a enfrentarse al Elector antes de que llegase el Mariscal Tallard.

[49]​ El 5 de agosto se reunieron los tres comandantes aliados, Marlborough, Baden y Saboya, para planear su siguiente movimiento.

[50]​ Finalmente, el ejército aliado[51]​ se enfrentó a la coalición francobávara[52]​ en los alrededores del pueblo de Blindheim, en el Danubio.

En su poema La Campaña, Joseph Addison (1672–1719) conmemora la larga marcha del Duque de Marlborough hasta el Danubio.

La marcha del Duque de Marlborough desde Bedburg hasta el Danubio , 1704.
En 800 años de historia, sólo Gustavo Adolfo de Suecia había conseguido conquistar el fuerte de Schellenberg, en Donauwörth, durante la guerra de los Treinta Años .
El Duque de Marlborough (1650-1722), por Sir Godfrey Kneller . El Duque planeó un asalto directo al fuerte de Schellenberg, pero el Príncipe Luis de Baden prefería realizar un largo asedio. Al final, la elección de Marlborough prevaleció. [ 13 ]
La toma del fuerte de Shellenberg, 2 de julio de 1704. Los defensores francobávaros consiguieron repeler dos veces a las fuerzas del Duque de Marlborough hasta que el Margrave de Baden logró abrir una brecha en el flanco derecho.
El Margrave de Baden (1655-1707). Baden dirigió el ala derecha del ejército aliado en la batalla, donde fue herido en un pie. Tras Schellenberg, su relación con Marlborough empeoró mucho, pues ambos consideraban la batalla una victoria personal. [ 31 ]
El Elector de Baviera (1662-1726), por Joseph Vivien. Maximiliano había desempeñado un importante papel contra Francia durante la Guerra de los Nueve Años , pero pasó al bando del Rey Sol antes del estallido de la Guerra de Sucesión Española , enfrentándose a su suegro, el Emperador Leopoldo .
Parte de la genealogía de la Casa de Habsburgo . A pesar de su matrimonio con María Antonia, hija del Emperador Leopoldo , el Elector de Baviera se mantuvo fiel al Rey Sol durante toda la guerra.