Batalla de Cádiz (1702)

Pequeñas disputas entre los mandos, y la dificultad de desembarco de las tropas, permitieron que el conde Fernán Núñez llegara a la ciudadela en poco tiempo con refuerzos.

Villadarias y su caballería ligera, los famosos jinetes españoles, fueron desplegados con excelente efecto, explotando el terreno para hostigar e impedir el avance inglés.

Los abusos anglo-neerlandeses enfurecieron a la población civil, y la aparentemente desesperada defensa de la ciudad tuvo el carácter popular de una cruzada contra los agresores protestantes.

Después de un mes de vana lucha, los ingleses y neerlandeses se retiraron y zarparon hacia Lisboa.

[1]​ Ingleses y neerlandeses tuvieron que retirarse, pero se oía en las casas que el tesoro de la flota española de América, acompañado por una flota francesa, había anclado en la ría de Vigo.