Sitio de Játiva (1707)

Las fuerzas franco-castellanas salieron victoriosas y los defensores de la ciudad fueron sometidos a un castigo ejemplar.

Los británicos tomaron Gibraltar y en agosto de 1705 el archiduque embarca en Lisboa en dirección al Mediterráneo.

Assio estaba resuelto a hacerlo pero la noticia se esparció por la ciudad y provocó gran malestar.

Entonces Corzana destituyó a Onofre y puso al aragonés Miguel Purroi en su lugar.

Purroi mandó reforzar las defensas, construir barricadas y obstruir todas las calles.

Miguel Purroi reclutó hombres entre los que se retiraban de Almansa y, finalmente, a la defensa de Játiva se unió el capitán valenciano Josep Marco con unos 400 «Micalet», o fusileros voluntarios valencianos y catalanes.

Mientras esto ocurría, ordenó el ataque del Calvario Alto de Játiva, ya que este se encontraba extramuros en una colina muy cercano a la ciudad por la parte de levante y desde allí era fácil bombardear ésta y su castillo.

Una vez lo consiguió, envió hombres arrastrándose entre las ruinas de la muralla para que observaran las posiciones setabenses y dirigir desde allí los cañones.

Así consiguió batir con fuego sus enemigos para hacerlos retirarse y tener paso franco por la brecha.

Los borbónicos penetraron por el boquete abierto en la muralla donde recibieron gran cantidad de fuego.

En este punto de la confrontación la cantidad de muertes debió ser muy grande, ya que según Miñana, las tropas francesas, para introducir la artillería en la ciudad, cubrieron el foso utilizando ruinas y cadáveres.

La columna francesa se encontró con fuerte resistencia en Santa Tecla por lo que empezó a cañonear el convento.

Mientras tanto, los franceses habían abierto una brecha en Santa Tecla, de forma que los defensores se retiraron también a la ciudadela.

Mientras tanto los habitantes, creyendo en la buena fe de los atacantes, volvieron a las casas con sus pertenencias más valiosas que se habían llevado consigo pero los soldados le las arrebatado por la fuerza.

Entonces, como el castillo, por su carácter elevado era de muy difícil acceso, D'Asfeld ordenó un bombardeo intenso desde esta posición.

D'Asfeld aceptó la capitulación que le proponían, pero José Marco, sus miquelets y unos 200 setabenses ya habían eludido el cerco la noche antes por la solana del castillo (la zona de Bixquert, opuesta a la ciudad).

La columna del ejército borbónico comandada por François Bidal de Asfeld, tras tomar Játiva, se dirigió a Gandia y Alcoy .

Además de Játiva, otras ciudades que opusieron resistencia a los felipistas fueron quemadas también posteriormente tales como Villarreal, Ares del Maestre y Lérida.

La ciudad de Játiva y sus fortificaciones
Algunas indicaciones sobre un grabado esquemático de Palomino en 1786