La poderosa vanguardia imperial, dirigida por el general Wetzel, en un solo día se había apoderado fácilmente de las pequeñas guarniciones francesas apostadas en Castel Goffredo, Medole, Guidizzolo y Cerlongo.Pero los temibles veteranos franceses aguantaron justo en el límite del alcance efectivo enemigo y en el desconcierto para reubicar la artillería dos regimientos de caballería francesa que habían pasado inadvertidos al príncipe Federico debido a la polvareda levantada por la infantería, se lanzaron al galope contra el ala izquierda del ejército imperial cuya artillería seguía ocupada en recolocarse y recargar.El día siguiente también se reconquistó Goito, pero la ventaja conseguida por esta brillante victoria hispano-francesa se vio empequeñecida debido a la aplastante derrota que sufrieron un día antes en el Asedio a Turín.Los imperiales, que tomaban Módena en febrero,[1] estaban divididos en la forma de proceder.El mismo Luis XIV sería quien le facilitara las cosas pues se encontraba desesperadamente escaso de tropas razón por la que inició unas negociaciones con José I para la apertura de un corredor en tierras italianas que le permitiera el retorno seguro a Francia de los ejércitos que allí permanecían.Sin embargo, la prevista toma de Tolón, con los franceses preparados y reforzados, resultó un fracaso para las tropas imperiales.Los borbones solo mantenía en Italia el Reino de Sicilia y Porto Longone.