[9] Un boletín publicado una semana después declaró que 28 000 hombres murieron en total durante el combate.
[9] Fue parte del conflicto entre Eduardo IV y Enrique VI por el trono inglés.
Muchos nobles, que se habían negado a apoyar a Ricardo de York, tras estos sucesos consideraron que los Lancaster habían incumplido la ley y colaboraron con Eduardo de York, quien, gracias a un acuerdo legal, denunció al rey Enrique VI y se proclamó monarca.
Al llegar al campo de batalla, los norteños se vieron en amplia inferioridad numérica, ya que no habían llegado aún las tropas del duque de Norfolk.
La Casa de Lancaster perdió gran parte de su poder e influencias tras la derrota, Enrique VI tuvo que exiliarse y muchos de sus aliados murieron o le acompañaron al exilio hasta que volvió a ser capturado por los Yorkistas mientras su esposa e hijo huyeron a Francia.