Esta doble ascendencia real le valió a los York, en la guerra de las Dos Rosas, su pretensión frente a los Lancaster, que descendían el hermano menor de Leonel, Juan, y que habían usurpado el trono al último Plantagenet en 1399.
Eduardo fue apoyado en su reclamación al trono por su primo Lord Warwick, llamado el Hacedor de Reyes, con quien mostró un gran poder militar.
Mientras Enrique y Margarita participaban en una campaña en el norte, Warwick tomó la capital donde Eduardo fue coronado en 1461.
A la muerte del rey en 1483, su hijo de doce años, Eduardo V, ascendió al trono.
Pero dos años más tarde en 1485, el rey y el pretendiente se encontraron en la batalla de Bosworth.
Durante la batalla varios nobles traicionaron a Ricardo, lo que facilitó su muerte en ese mismo enfrentamiento.
Ya en tiempos del propio Eduardo IV se ponía duda su legitimidad y, por tanto, su derecho al trono.