Los historiadores reales proclamaron que Enrique estaba relacionado con el rey Arturo, e identificaron a Winchester en Hampshire como Camelot.
Sobre la supuesta debilidad que aquejaba a Arturo desde su nacimiento, los historiadores tienen opiniones encontradas.
Al día siguiente el Parlamento nombró formalmente a Arturo príncipe de Gales.
Arturo contaba nueve años, y Gruffydd tenía 17, aunque no tardaron en hacerse amigos.
[10] Los jóvenes descubrieron que al haber aprendido distintas pronunciaciones del latín, eran incapaces de comunicarse.
[16] A Arturo le resultó sencillo gobernar Gales, ya que la frontera se había apaciguado tras varios siglos de guerras.
En marzo de 1502, Arturo y Catalina se vieron afectados por una enfermedad desconocida, «un vapor maligno que procede del aire».
[18] Se ha elucubrado que esta enfermedad podría ser el misterioso sudor inglés,[19] tuberculosis («consunción»),[20] peste negra[21] o gripe.
Como mandaba la tradición, Catalina no asistió al funeral,[25] y tampoco lo hicieron los padres del fallecido, muy afectados por su muerte.
Tanto Enrique VII como los Reyes Católicos estaban de acuerdo en llevar a cabo este matrimonio, y el papa emitió una dispensa para que fuera posible.
Sin embargo, había testigos que mantenían lo contrario según los comentarios del príncipe, aunque no se sabe si estas palabras eran ciertas.