Eduardo IV de Inglaterra

Mientras Enrique y su reina militante, Margarita de Anjou, estaban combatiendo en el norte, Warwick dominó la capital e hizo que nombraran rey a Eduardo en Londres en 1461.

No obstante, Warwick se ofendió por la influencia que tenían sobre el rey y estaba enojado con la emergencia de un grupo rival por el favor del rey, así que con la ayuda del desafecto hermano de Eduardo, Jorge, duque de Clarence, el conde dirigió un ejército contra Eduardo.

Warwick intentó entonces gobernar en nombre de Eduardo, pero la nobleza se mostró impaciente.

Sin embargo, poco después Warwick y Clarence se rebelaron de nuevo.

Esta vez, Eduardo se vio obligado a huir cuando supo que el hermano de Warwick, Juan Neville, primer marqués de Montagu, también se había pasado al lado Lancaster, haciendo insostenible su posición militar.

Enrique VI fue brevemente restaurado en el trono, y Eduardo se refugió en Borgoña.

Cuando regresó a Inglaterra con una fuerza relativamente pequeña, evitó ser capturado por fuerzas potencialmente hostiles afirmando su reclamación, lo mismo que Enrique Bolingbroke había hecho setenta años antes, que él simplemente deseaba reclamar su ducado.

Con Warwick muerto, eliminó la resistencia Lancáster que quedaba en la batalla de Tewkesbury en 1471.

Eduardo no volvió a sufrir rebeliones después de su restauración, pues la familia Lancáster había quedado virtualmente extinguida, y el único rival que le quedaba era Enrique Tudor, que vivía en el exilio.

Tuvo varios hijos ilegítimos: Perkin Warbeck, un impostor que reclamó el trono inglés, se parecía a Eduardo.

Hay especulaciones no confirmadas sobre Warbeck como otro posible hijo ilegítimo de Eduardo.

El rey visitó a su hijo ocasionalmente en Ludlow, aunque, hasta donde se sabe, nunca entró en Gales.

En su tiempo, se señaló que Eduardo IV se parecía poco a su padre, especialmente por su excepcional altura, poco frecuente para la época (1,93 m) comparado con otros miembros de la Casa de York, que no destacaban por su altura.

Se sugirió que el verdadero padre de Eduardo pudo ser un arquero llamado Blaybourne.

Dominic Mancini sostiene que Cecilia Neville, madre tanto de Eduardo IV como Ricardo III, dio el fundamento a la historia: cuando supo del matrimonio de Eduardo con Isabel Woodville, en 1464, la "Orgullosa Cis" se enojó.

Of that unsatiate Edward, noble York My princely father then had wars in France And, by just computation of the time, del insaciable Eduardo, el noble York, mi augusto padre hacía la guerra en Francia; y que al hacer la cuenta de los meses, Debe señalarse, no obstante, que muchas afirmaciones shakesperianas se deben a las necesidades del drama, incluida su propia percepción de Ricardo III como ese "monstruo jorobado".

No obstante, el duque pudo regresar desde Ruan a Pontoise, o Eduardo ser prematuro, pese a que, según afirma el historiador británico Michael Jones es muy poco probable que haya nacido de esa forma, ya que sucesos de ese tipo eran registrados cuidadosamente en la familia real.

"Era de saludo tan agradable, que cuando veía a un recién venido desconcertado por su apariencia regia y pompa real, le pondría una mano bondadosa en el hombro para darle coraje.

[6]​ Respecto a la apariencia física, Eduardo destacó por ser extraordinariamente atractivo, y aunque retratos (ningunos o muy pocos son contemporáneos) muestran una cara con mofletes abultados y ojos pequeños, su beldad está muy bien atestiguada.

Además, Eduardo es el único rey inglés en ser halagado por su belleza durante una sesión parlamentaria.

Eduardo IV aparece en la novela "The Sunne in Splendour", de la norteamericana Sharon Kay Penman, publicada en 1982.

Retrato de Isabel Woodville . La boda de Eduardo con esta viuda distanció al rey y a Warwick
Las hermanas York: Isabel, Cecilia, Ana, Catalina y María.