En esas circunstancias, Eduardo necesitaba el apoyo de Carlos, y no puso obstáculos a la boda.
Según los términos del contrato matrimonial, Margarita conservaba sus derechos al trono inglés, y su dote sería abonada a Borgoña incluso si moría durante el primer año tras la boda (en esas circunstancias, la dote se devolvía a la familia de la novia).
Por su parte, Carlos entregó a Margarita las ciudades de Malinas, Oudenaarde y Dendermonde.
No obstante, Carlos el Temerario prefirió mantener la alianza y su apoyo a su cuñado, Eduardo IV.
Para conseguirlo, entró en guerra con todos sus vecinos, lo que unido a las maniobras del rey francés Luis XI para arruinar Borgoña, lo hicieron muy impopular entre sus súbditos.
Borgoña estaba siendo conquistada por Francia, por lo que Margarita apeló a su hermano en busca de apoyo.
Eduardo IV envió tropas para detener los avances de los franceses, aunque el ducado se había perdido.
Margarita no pudo conseguir la ayuda de Eduardo IV, que había firmado una tregua con Francia.