Margarita de Anjou (1430-1482)

Por el tratado de Foug, firmado en 1419, se acordó que los dos ducados de sus padres, (Lorena y Bar), compartiesen el mismo soberano, aunque cada uno conservaría sus propias instituciones.

Margarita pasó su juventud en un castillo, en el valle del Ródano, y en un palacio en Nápoles.

El mismo día, en Tichfeld Hants, Enrique VI fue quien aceptaba contraer matrimonio de igual manera.

Margarita tenía quince años cuando fue coronada reina consorte en la Abadía de Westminster.

Fue descrita como hermosa, apasionada, orgullosa y de carácter fuerte.

Tres hablaron de su papel espiritual como redentor e intercesor.

Desde su llegada a Inglaterra, tuvo una influencia determinante en su esposo, provocando las iras y celos de los nobles ingleses, que la tacharon de intrusa en la corte inglesa.

Entre dichos nobles se destacó notoriamente Ricardo, duque de York, primo del soberano.

El duque de York, ahora en la cima del poder, no iba a ceder el cargo con tanta facilidad: decidió apoyarse en las clases medias y en los llamados lolardos (secta de predicadores ambulantes) para conseguir apoderarse del trono.

Pero en la Navidad de 1454, Enrique VI recupera la razón y York pierde su poder.

Al año siguiente, en 1460, los yorkistas derrotan a las tropas reales en Northampton, Enrique VI es tomado prisionero nuevamente y Ricardo de York obtiene el poder nuevamente, obligando al rey a nombrarle heredero del trono.

Poco después Margarita de Anjou vuelve al ataque y derrota a los yorkistas en la segunda batalla de Saint Albans, liberando al rey.

La victoria es efímera, y en Mortimer's Cross, Eduardo logra derrotar a los Lancaster, ocupa Londres y en marzo se proclama rey con el nombre de Eduardo IV.

Margarita, apoyada por Luis XI, logra atraer a su bando al conde de Warwick, el cual ve con desagrado cómo Eduardo IV menoscaba su influencia a favor del clan de los Woodville, por su matrimonio con Isabel en 1469.

[7]​ Fue enterrada junto a sus padres, pero sus restos fueron retirados y dispersados por los revolucionarios que saquearon la catedral durante la Revolución Francesa.

Todavía quedan muchas cartas escritas por Margarita durante su mandato como reina consorte.

Sin embargo, las pruebas son demasiado escasas como para que los historiadores puedan establecer esto con certeza absoluta; varias mujeres en la corte de Margarita llevaban el nombre de Elizabeth o Isabella Grey.

La rosa roja, símbolo de los Lancaster, bando que lideraba la reina Margarita de Anjou.
El conde de Warwick se alía con su antigua enemiga Margarita de Anjou. Ilustración de James W. E. Doyle