Campaña Naval de 1814

Por otra parte, los defensores aunque superiores en número a los sitiadores eran incapaces de romper el cerco y, sobre todo, controlar la campaña circundante.

Larrea empezó a evaluar la factibilidad de levantar una nueva escuadra para forzar la situación en el frente oriental.

Fue elegido Gervasio Antonio Posadas y Juan Larrea fue nombrado como ministro de hacienda, por lo que el proyecto se mantuvo en pie.

Se precisaba personal que tuviera mejor manejo del velamen al habitual en la marinería mercante, que mantuviera la sangre fría en situaciones de combate y abordaje y se precisaban artilleros entrenados.

Mientras se tomaba la decisión Brown y Seaver, en sendos golpes de mano, aumentaban la naciente escuadra.

La alternativa era el canal oriental: más estrecho, de fondo rocoso e irregular, mal sondeado en la época, era conocido como del Infierno y en lo posible evitado.

No obstante, la tercera parte de esa fuerza se reducía a la capitana, la Hércules, por lo que esa ventaja estaba fuertemente ligada a su suerte, lo que sería determinante en el curso de la batalla.

El teniente Jones de la Céfiro capturó la batería volante y volteó los cañones contra los navíos realistas.

En el combate a quemarropa los cañones realistas de 18 "jugaban con la mayor ventaja y velocidad".

Nother murió atravesado por metralla, al igual que su segundo el teniente David Smith.

Bartolomé Ceretti se hizo cargo del comando hasta que siendo herido lo asumió el subteniente Nicolás Jorge.

que hallo urgentísima su venida para finalizarlas cuanto antes, pues sus deseos son los más ventajosos a la causa.".

El Directorio intentó un acuerdo pacífico con mediación inglesa, seguramente con propósitos dilatorios para concluir sus aprestos.

[4]​ Al extender sus pasaportes a los diputados de las Provincias Unidas, Vigodet les entregó una misiva para Posadas.

De inmediato Brown pudo capturar buques que regresaban a puerto desconociendo la ofensiva.

Enunciaba las fuerzas navales del Apostadero: «la corbeta Mercurio, la Paloma, fragata Neptuno, queche Hiena, lugre San Carlos, falucho Fama y balandra del benemérito ciudadano D.Francisco Castro, sin contar el bergantín Cisne que puede salir a la mar sin embarazo alguno».

Esta opinión era compartida por Vigodet quien posteriormente escribiría que «nuestra escuadra sino muy superior, de algunas ventajas sobre la enemiga".

La recluta proveía hombres sin ningún entrenamiento hasta el punto que Miguel de la Sierra idea como método para dar las órdenes el uso de naipes, que pone en los palos y drizas para poder referenciarlos.

Contaba con doce naves y 20 lanchones, incorporándose luego la balandra La Podrida al mando del corsario José Ponce (a) Pepe el Mahonés.

La escuadra republicana zarpó y el comodoro Brown llamó a su segundo Russell, del Belfast, informándole de su intención de alejarse para atraer al enemigo a las aguas hondas y combatir fuera del puerto allí donde fuese más factible cortar la retirada al enemigo.

[1]​ Al volver un ligero viento Brown reunió su línea y mantuvo un flojo duelo de artillería con el enemigo hasta que anocheció, anclando las escuadras a una legua.

Tras tomar la lancha del Cisne, lo abordaron en el mismo instante en que explotó, salvándose cinco hombres.

[1]​ El veloz queche Hiena consiguió abandonar la plaza rumbo a España conduciendo documentos y dinero.

El 23 de mayo Vigodet designó a los coroneles Feliciano del Río y Juan Latre para negociar un armisticio según las bases negociadas en Río de Janeiro y rechazadas en abril, pero los comisionados fueron rechazados por el Directorio.

[16]​ El 6 de junio Vigodet solicitó al ministro español ante la corte de Portugal en Brasil gestionar su intervención ya que consideraba se hallaba «obligada no solo políticamente, sino por un interés peculiar a impedir que los rebeldes de Buenos Ayres consoliden su independencia» para evitar operaciones posteriores sobre su territorio o «una sorda seducción que los conmoviera».

Como los tripulantes precisaban hacerse de efectivo revendían al mismo White o sus testaferros la mercadería a menor valor.

Considerando "ambiguas las acusaciones contra Guillermo Pío White", el Director Supremo sobreseyó la causa.

Romarate fue el único caso en ser rápidamente exceptuado, por no haber dudas de su eficacia y valor, reconocido incluso por su mismo contrincante, Brown.

En otras palabras, no había huido sino dado la orden de retirada que nadie vio ni siguió.

El importante botín del arsenal y fortificaciones de Montevideo permitió abastecer a los ejércitos revolucionarios que se encontraban en situación desesperada, especialmente en lo que a pólvora, artillería y fusiles se refería.

Guillermo Brown (miniatura de Henry Hervè , 1825).
Jacinto de Romarate Salamanca.
Croquis del Combate de Martín García (donde se refiere a Tortuga debe leerse Carmen ).
Imagen satelital de Martín García.