Durante la primera invasión inglesa en 1806, Laguna tomó las lanchas y barcos de cabotaje surtos en el puerto de Buenos Aires y los ubicó en la desembocadura del Riachuelo protegiendo el acceso a la ciudad por ese punto.Una vez en posesión de los fondos, el comandante británico William Carr Beresford permitió a Laguna y al alférez de fragata Martín Jacobo Thompson restituir los pequeños pero numerosos buques a sus propietarios.Ante las novedades, se presentaron pidiendo pasaporte para trasladarse a Montevideo, sin querer reconocer antes a la Junta con el pretexto de que su comandante los llamaba perentoriamente para escuchar sus órdenes verbales.La Junta pese a lo evidente de la excusa, para evitar incidentes no forzó la jura ni los retuvo, con lo que la flotilla realista pudo recuperar sus mandos.Consolidado un nuevo gobierno juntista tras los sucesos del 25 de mayo, Laguna pasó a Montevideo y permaneció en el bastión realista.