Jacinto de Romarate

En España, se desempeñó como Ministro de Marina del gabinete liberal moderado de La Rosa, durante el período constitucional del Trienio Liberal iniciado en 1820, viéndose obligado a renunciar ante la reacción absolutista.

Participó luego en la primera guerra carlista, defendiendo el derecho al trono de Isabel II.

Vuelto a España participó en operaciones navales en Cartagena, Argel, las costas de Valencia, Cataluña, Sicilia e Islas Baleares, navegando en los buques Mahonesa, San Gil y Tártaro.

Romarate obtuvo el mando de la cañonera La Vizcaína y se sumó a la pequeña flotilla que en agosto cruzó el Río de la Plata, controlado por la flota británica al mando del comodoro Sir Home Popham, aprovechando una sudestada que dejó inmovilizados a los buques enemigos.

Liniers había decidido cruzar el río con unos 3.000 milicianos cuando ya era tarde, por lo que debió volver a Buenos Aires.

Por similares motivos tampoco se sumaron a la fracasada asonada dirigida contra Liniers por Álzaga en 1809 en connivencia con la Junta de Montevideo.

[6]​ Ante las novedades, Romarate y la mayoría de sus compañeros se presentaron pidiendo pasaporte para trasladarse a Montevideo, sin querer reconocer antes a la Junta de Buenos Aires, considerada "insurgente" por las autoridades españolas,[7]​ con el pretexto de que su comandante los llamaba perentoriamente para escuchar sus órdenes verbales.

La Junta pese a lo evidente de la excusa, para evitar incidentes no forzó la jura ni los retuvo, con lo que la flotilla realista pudo recuperar sus mandos.

En septiembre de 1810 Manuel Belgrano fue nombrado comandante en jefe de las fuerzas destinadas a operar en la Banda Oriental, Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes, Misiones y Paraguay, recibiendo instrucciones para dirigir una expedición a este último territorio, la denominada "Expedición de Belgrano al Paraguay".

Tras un primer momento en que habiendo varado los bergantines Belén y Cisne la flota realista fue vulnerable, oportunidad que fue desaprovechada por los revolucionarios, Romarate ordenó un ataque en toda la línea.

Azopardo luchó por dos horas hasta que la situación se hizo insostenible y tras varios intentos de volar la santabárbara accedió a rendirse.

El objetivo era por un lado concentrar a los enfermos, que no servían para la defensa y consumían muy escasos recursos, en la Isla Martín García, mientras que la fuerza de Domingo Estanislao de Luaces recorría las aguas del Río Uruguay desembarcando para hostilizar a los insurgentes y recoger ganado y demás recursos que reconcentraría después en la citada isla.

En Colonia fue ya detectada por los patriotas al mando de Blas José Pico y hostilizadas permanentemente.

En ese punto la fuerza expedicionaria se retiró a Martín García.

La fuerza contaba con la fragata Hércules, buque insignia al mando del Sargento Mayor Elías Smith, la corbeta Zephir (Sargento mayor Santiago King), el bergantín Nancy (Sargento mayor Richard Leech), la goleta Juliet (Teniente coronel Benjamin Franklin Seaver), la goleta Fortuna (o Fortunata, John Nelson), el falucho San Luis (Sargento mayor John Handel) y la balandra Carmen (Comandante Samuel Spiro).

En la primera y sangrienta jornada del combate de Martín García Romarate consiguió rechazar la flotilla rioplatense.

Tras las reparaciones de sus buques[13]​ y contando con el refuerzo de 45 Dragones enviados desde Colonia al mando del Teniente Primero Pedro Oroná, Brown volvió al ataque.

El ataque se detuvo brevemente, pero en un nuevo asalto a bayoneta calada la posición fue tomada.

[14]​ Romarate dirigió entonces su flota hacía la desembocadura de los ríos Negro y Uruguay sin ser molestado por Brown.

En octubre de ese año aumentó la agitación popular en varias provincias.

Por prudencia, Romarate no la reprimió e incluso asistió, asegurándose así que se efectuara sin incidentes.

Vencedor el partido constitucional, el mismo día recibió una nota firmada por todos los representantes de las Cortes europeas donde hacia responsable al gobierno de la persona y posición del Rey.

A esa presión y a la enemistad del Rey, se sumó la radicalización del sector constitucionalista más exaltado, por lo que el gabinete presionado por ambos lados presentó su renuncia.

Desde su renuncia el brigadier Romarate se retiró de la vida pública, radicándose con real licencia en Vizcaya.

En 1833 la Marina española se encontraba prácticamente desmantelada por lo que sólo pudo destinar a vigilar y bloquear la costa vasca la fragata Lealtad y el bergantín Guadiana, mientras que la agrupación naval más potente se situaba en Vigo para vigilar las costas de Portugal, donde se había refugiado el pretendiente.

En julio quedó definitivamente organizada la División de Bloqueo del Cantábrico, cuyo mando pasó el 07 de ese mes al brigadier Melitón Pérez del Camino.

La Primera Junta. Óleo de Julio Vila y Prades.
Mapa del Río de la Plata de la época.
Combate de San Nicolás.
Sitio de Montevideo.
Combate de Martín García.
Imagen satelital de Martín García.
Guillermo Brown (óleo de F.Goulu, 1825).
Rafael de Riego.
Francisco Martínez de la Rosa.
El frente en su momento álgido. Zonas controladas directamente por los carlistas Zonas de influencia carlista
María Cristina de Borbón, Reina Regente de España.