A cambio de su auxilio, el Reino Unido obtendría ventajas comerciales.
No obstante este fue reactivado en 1796 cuando España resolvió aliarse a Francia durante las guerras revolucionarias francesas.
Efectivamente, Holanda daba prioridad a la defensa de la isla de Java, por lo que Janssens debió enviar sus fuerzas a Batavia, reteniendo solo dos mil hombres para la defensa del territorio.
El primer ministro autorizó medidas tendientes a confirmar las noticias y una vez comprobada su verosimilitud, dio órdenes para planificar la conquista del Cabo.
Por otro lado, en Irlanda podían ser rápidamente movilizados, incluyendo munición , bagajes y provisiones para seis meses, los regimientos 24, 38 y 83 al mando conjunto del brigadier general William Carr Beresford, 71 (teniente coronel Denis Pack, 72 y de 93 (Highland Brigade) al mando conjunto del brigadier general Sir Robert Crawford Ferguson, un total de 4887 hombres, incluyendo 320 artilleros comandados por el general Yorke de los Royal Engineers.
El 29 de julio Popham recibía sus propias órdenes en igual sentido.
No obstante, con el acuerdo de Baird decidió dirigirse a la costa nordeste del Brasil.
Varias razones justificaban el movimiento: mantener la ruta utilizada por los mercantes del comercio con oriente aumentaba las posibilidades de ser detectados prematuramente y por otra parte Brasil ofrecía mejores condiciones para reaprovisionar la expedición y recuperar a las tropas.
Con ese objeto, los buques que transportaban al regimiento n.º 38, la caballería y parte de la artillería, a las órdenes del mayor general Beresford, escoltados por la Diomede partieron a ese punto pero poco después el viento del oeste disminuyó y en la mañana del día 6 al calmarse el oleaje por lo que se decidió desembarcar las tropas restantes en el sitio prefijado.
Así, los holandeses desplegaron solamente unos pocos rifleros que abrieron un fuego descuidado y al ser empujados abandonaron las alturas retirándose a los terrenos altos que se interponían entre los británicos y el ejército principal en los campos de Bluefield.
El comodoro con la Leda y una división de transportes transportando el tren de artillería se dirigió a la bahía de Blaauwberg (Bloubergstrand) y disparando sobre el banco lindero a las salinas forzó al enemigo a desalojar la posición ventajosa que había tomado.
[5] Para peor, tras la convocatoria inicial, las milicias se habían reunido en Ciudad del Cabo, pero la falta de alimentos había obligado a licenciar a un gran número.
A las 4 de la mañana del día 8 se inició el avance británico desde Lospard sobre Blaauwberg.
Baird inició la acción sobre ese flanco, enviando a la compañía de granaderos del 24.º contra un cuerpo de rifleros montados, que consiguieron dispersar aunque sufriendo fuertes bajas.
Los mercenarios del Waldeck había sido contactados por uno de los agentes británicos en el territorio: al primer cañonazo, que cayó cerca de su flanco derecho, el batallón Waldeck, que ocupaba el centro de la línea holandesa, se retiró del combate.
A su derecha los franceses se mantuvieron firmes pero una división de tropas regulares neerlandesas, parte del regimiento n.º 22 de línea, se vio envuelta en el pánico causado por la deserción.
La mayor parte de las bajas se dieron entre los Highlanders que enfrentaron el centro y la artillería, ligera pero eficaz.
La infantería de marina desembarcada a retaguardia del ejército ya en retirada en vez de flanquear por las salinas a la derecha y caer sobre las desordenadas columnas, agotadas por una marcha forzada de varias millas con la arena por las rodillas, se limitó a cañonear una posición ya abandonada por los holandeses.
Reunidas las fuerzas invasoras, descansaron hasta la tarde, incapaces de proseguir hacia Reit Vlei.
Por un lado contaba sólo con 500 hombres, y por otro los exploradores le habían informado que las tropas británicas habían tomado Stellenbosch, Paarl, Tulbagh Kloof y Wynberg, amenazaban con la confiscación de las propiedades de aquellos que se mantuvieran en armas y planeaban enviar al 83.º a Bahía Mossel para que avanzando al paso Attaqua cortara la retirada holandesa.
El 11 Janssens recibió una intimación de Baird, en la que tras reconocer la honorable resistencia ofrecida, le solicitaba deponer las armas para evitar la devastación del territorio y ofrecía no considerarlas prisioneras de guerra y trasladarlas a Holanda.
El 6 de marzo siete navíos encabezados por el Bellona dejaron Table Bay transportando al último gobernador holandés del Cabo, sus 94 oficiales y 573 hombres, entre ellos 31 funcionarios civiles, así como 106 mujeres y chicos.
Como la bandera holandesa se dejó flamear en las baterías y barcos durante mucho tiempo, numerosos buques de bandera neutral pero propiedad francesa arribaron al Cabo y fueron capturados.
El 4 de marzo la fragata Volontaire (46 cañones, capitán Brittell) de la flota del almirante Jean Baptiste Philibert Willeaumez, fue atraída a la bahía por esta estratagema y capturada.
Los británicos capturaron también el bergantín Rolla donde interceptaron correspondencia del almirante Charles Alexandre Leon Du Rand, conde de Linois, dirigida al Ministerio de Marina en París y a Jenssens, donde comunicaba que tenía previsto visitar la colonia en el curso de ese mes.
Al transcurrir las siguientes semanas sin que apareciera la flota, "sabiendo su incapacidad para estar en el mar tanto tiempo sin provisiones y su terror a refugiarse en cualquier puerto para procurarlas se tuvo por cierto que habían desistido de su objetivo" y teniendo en cuenta la inminencia del invierno, no se justificaba ya la permanencia de la flota en Table Bay.
Había llegado el momento de que Popham retomara su proyecto principal.