Asonada de Álzaga

La victoria en la defensa contra la segunda invasión elevó su prestigio y fue confirmado en su cargo por orden del rey Carlos IV de España.Elío organizó una Junta de Gobierno en Montevideo, que desconoció la autoridad del virrey.Contra lo que esperaban, Liniers protestó durante algunos minutos en voz baja, y luego firmó los nombramientos.Los miembros del Cabildo volvieron a reunirse y decidieron deponer al virrey de todos modos.Por su parte, Saavedra se dedicó a recorrer los cuarteles de los demás batallones.En este caso, se trataba del general Pascual Ruiz Huidobro.Para darle más espectacularidad a su entrada, Saavedra iba con la espada desenvainada y había reemplazado su sombrero por un pañuelo anudado.En ese mismo momento aparecieron en la plaza los Patricios, ocupándola y desplazando a las milicias partidarias del golpe.Hubo algunos disparos, que causaron algunos heridos, pero las milicias rebeldes evacuaron la plaza sin luchar.En un giro muy curioso, el acta que se estaba redactando, que comenzaba anunciando la renuncia de Liniers, terminó con la confirmación del mismo, con el general beneplácito de todos los presentes, incluidos los miembros del Cabildo.Horas más tarde, entrada ya la noche, Liniers ordenó la libertad de los alcaldes y otras dignidades entrantes.Al día siguiente, Álzaga y los demás líderes del movimiento fueron desterrados a Carmen de Patagones.El principal beneficiario del fracaso de la Asonada fue Saavedra, a quien Liniers debía desde entonces su gobierno.La significación exacta de la Asonada de Álzaga sigue abierta a discusión, aunque queda claro que no todos los que participaron en ella perseguían los mismos fines.
Santiago de Liniers , el virrey que se buscaba destituir.