[5] La decoración con rocalla o rocaille (en jardinería e interiores respectivamente) es propia de estilos posteriores (el Rococó del siglo XVIII).
Benvenuto Cellini, en su autobiografía,[9] refleja cómo el término grottesca o grottesche se comenzó a utilizar a partir del hallazgo, en 1480, de unas salas abovedadas de la Domus Aurea que habían permanecido sepultadas unos diez siglos.
El desvelamiento de sus complejas decoraciones murales causó sensación en Roma e interesaron a pintores como Botticelli, Filippino Lippi, il Pinturicchio, Rafael, Giovanni da Udine, il Morto da Feltre, Bernardo Poccetti, Marco Palmezzano o Gaudenzio Ferrari.
El tipo de imprenta Sans Serif o palo seco tiene variantes llamadas grotesque y neo-grotesque.
Cuerpo grotesco es un concepto del crítico literario Mijail Bajtín que aplica a la obra de Rabelais.
En el teatro de Argentina y Uruguay se llama "grotesco" a un subgénero dramático costumbrista, derivado del sainete y el vodevil, que desde comienzos del siglo XX mostraba la vida de los inmigrantes hacinados en los inquilinatos o conventillos (cuartos baratos que generalmente compartían un patio).
La perspectiva era caricaturesca, respondiendo al estereotipo y la sorna con que los criollos solían ver a italianos, españoles, rusos o árabes llegados en las recientes oleadas migratorias.