Giovanni Nanni, que adaptó su nombre al latín y firmó Joannis Annius Viterb(i)ensis, conocido en España como Annio de Viterbo (Viterbo, 1437-Roma, 1502)[1] fue un fraile dominico, teólogo, erudito, historiador y maestro del sacro palacio con el papa Alejandro VI, recordado principalmente como autor de los Commentaria super opera diversorum auctorum de antiquitatibus loquentium,[2] una monumental falsificación histórica en diecisiete libros publicada por primera vez en Roma en 1498 con dedicatoria a los Reyes Católicos, costeada por Garcilaso de la Vega, padre del poeta y embajador español ante la Santa Sede.
[5] También en Génova publicó en 1480 sus comentarios al Apocalipsis dedicados al papa Sixto IV y los reyes y príncipes cristianos en los que sostenía, ampliando la obra anterior, que Mahoma había sido el verdadero Anticristo.
[6] Publicó además un tratado acerca de la usura y los préstamos a interés (Viterbo, 1492), pero la obra que le granjeó mayor fama y por la que definitivamente será conocido son los Commentaria super opera diversorum auctorum de antiquitatibus loquentium, publicados en Roma en 1498.
[11] Conforme a algunas de las teorías que Nanni había venido sosteniendo desde la cátedra de gramática que ocupó tras su retorno a Viterbo hacia 1489, recogidas en un Epítome a la historia de Viterbo que quedó sin publicar, teorías que le permitían enlazar los tiempos presentes con el pasado precristiano sin interrupción y con la más absoluta fidelidad a la Iglesia católica,[4] el buey heráldico de los Borgia se encuentra identificado en las pinturas del apartamento vaticano con la historia ovidiana de Io, la sacerdotisa de Juno amada por Júpiter, a la que la celosa esposa del dios transformó en vaca hasta que, perseguida por las Furias, llegó a Egipto donde se convirtió en Isis, reina de Egipto, que enseñó a los egipcios la escritura jeroglífica.
[4] Un año después moría el papa Alejandro VI, que le había brindado su protección, y no tardaron en llegar, junto a los crédulos defensores, cuyo influjo alcanza en algún caso hasta el siglo XVIII, los ataques, algunos crueles.