Ingresó entonces en La Sorbona para cursar estudios de literatura pero no logró licenciarse.
Poco después murió su madre; y a los dos años, su padre, quien le dejó una cuantiosa herencia, lo cual, sumado al éxito temprano de sus obras, le permitió llevar una existencia despreocupada durante buena parte de su vida.
Conoce a Marcel Schwob, Alfred Vallette (director del Mercure de France) y su mujer Rachilde.
Es también una crítica corrosiva contra la autoridad que el autor realiza a través de la llegada al poder del grotesco Padre Ubú, quien junto a su mujer encarnan la corrupción y el despotismo, casi un paradigma de los dictadores del siglo XX.
Caminaba siempre por París con un revólver en el cinto (que disparará en varias ocasiones bajo los efectos del alcohol), iba en bicicleta y bebía absenta.
En 1901, se representa en el Cabaret artistique des 4-z’arts, en París, Ubu sur la butte, editada en 1906.
El mismo año empieza una breve colaboración con la revista del príncipe Bibescu, La Renaissance Latine.
Reside un tiempo en casa del compositor Claude Terrasse,[3] cerca de Grenoble, con el que trabaja en su ópera bufa Pantagruel.
Antes de morir, al preguntarle sus amigos cuál era su último deseo pidió un mondadientes.