Esta obra, que obtuvo un éxito excepcional, es considerada por la crítica especializado, como la iniciadora del teatro moderno argentino.
Integra este grupo como director hasta 1970, cuando un incendio convierte en cenizas el Teatro San Telmo.
Además, en 1970, dirige en México DF esa y otras obras durante varios meses.
Durante los años de la última dictadura militar su trabajo es prohibido, como lo fueron muchos artistas y escritores democráticos.
En 1984 es nombrado Secretario de Cultura del primer gobierno democrático, presidido por Raúl Alfonsín.