Rocalla

Las plantas se sitúan entre grava, conchas y piedras naturales o artificiales que sirven de ornamento[1]​ y, en ocasiones, se añaden como elementos decorativos algunas fuentes o grutas.

La rocalla se caracteriza en general por un terreno con buen drenaje, y la preponderancia de grandes piedras formando desniveles, con gravas y piedras más pequeñas formando como un roquedal.

La rocalla ideal debe de formar una pendiente no muy pronunciada, con una orientación sur o suroeste preferentemente.

Normalmente unos requerimientos tan específicos, sobre todo en países llanos, solamente los pueden suministrar los jardines botánicos.

Algunas de las plantas más típicas que se suelen encontrar en rocallas son:

Rocalla de un jardín botánico alemán.