Ucronía

La ucronía ha logrado encontrar gran popularidad en escenarios como la literatura, el cine, la televisión y los videojuegos.[2]​ La Revista Barcelona publicó también un libro que imagina, en clave de humor, diferentes utopías.Diversos autores destacan puntos diferentes al hablar de lo que se entiende por ucronía.Para Suvin, se entiende como una forma de ciencia ficción en la que un lugar alternativo (en el tiempo, espacio, etc.) que comparte el material y la verosimilitud causal del mundo del escritor es usado para articular diferentes posibles soluciones a problemas sociales; estos problemas deben tener la suficiente importancia para requerir una alteración en la historia general del mundo narrado.Tal vez más que cualquier otro género, la ucronía requiere un proceso sinérgico de prueba y error que involucra a los lectores, escritores e intermediarios para negociar, establecer y subsecuentemente renegociar los límites de la aceptabilidad.[5]​ Mientras que los escritores ucrónicos del siglo XIX, en su mayoría franceses, tendían a escribir sobre cómo podrían haber ganado las guerras que perdieron, los escritores del siglo XX, en su mayoría británicos y estadounidenses, han estado intensamente interesados en cómo podrían haber perdido las guerras que ganaron, especialmente la Segunda Guerra Mundial.Desarrollos en la teoría legal fueron una causa mayor del aumento en el surgimiento de las narrativas ucrónicas.[7]​ Incontables relatos ucrónicos han aparecido en años recientes en un amplio rango de temas: los nazis ganando la Segunda Guerra Mundial, la Revolución Americana fallando, Jesús no siendo crucificado, la Confederación ganando la guerra de Secesión estadounidense, la bomba atómica no siendo lanzada en Japón, Hitler escapando y escondiéndose tras la guerra, Porfirio Díaz estando en el poder y la Revolución Mexicana totalmente reprimida, etcétera.En el mismo mundo alternativo se sitúa la novela Patria de Robert Harris, adaptada con varias licencias al cine.En épocas contemporáneas, tras la victoria del Eje en la Segunda Guerra Mundial, Alemania gobierna sobre países subyugados y aliados títeres, la mayor parte de Occidente, e incluyendo EE.Harry Turtledove es un autor prolífico en este tipo de historias, teniendo en su haber títulos como Guns of the South y Gunpowder Empire.El mundo casi no conoce la democracia, el Imperio Británico gobierna sobre Norteamérica (cuyo gobernador general es Martin Luther King), Australia, Sudáfrica, India y tiene al sultán del Imperio otomano y al emperador de China como títeres de Londres.Harry Turtledove también aporta a este tema, como en el caso de las novelas agrupadas en la llamada «línea temporal 191», que arranca en septiembre de 1862, cuando un soldado confederado no pierde el papel donde Robert E.La ucronía comienza, pues, en la escisión de la historia real y una posible, lo que constituiría el hilo del relato.Es indudable de igual manera el trasfondo filosófico que puede ser encapsulado en una ucronía.No es inusual que se puedan intuir en un relato ucrónico trasfondos ideológicos y morales.En estas situaciones (por ejemplo, la derrota de los aliados en la Segunda Guerra Mundial) el escenario suele plantearse como uno distópico.El primero es la razón de que se escojan en su mayoría conflictos bélicos para escribir ucronías.[11]​ La otra cuestión son los resultados que generalmente se pueden ver en los escenarios planteados en las ucronías basadas en conflictos bélicos o en viajes en el tiempo.La Sexta hizo un documental con este mismo tema, llamado Viva la República y presentado por Mamen Mendizábal.Una ucronía reciente es el corto titulado Hendaya: cuando Adolfo encontró a Paco, de José Macías y Carla Guimarâes, donde se trata el encuentro de Hitler y Franco; después se convirtió en una comedia teatral musical.[12]​ También en ese año, el analista político e historiador Rosendo Fraga, escribe su primer tomo de Qué hubiera pasado si...?[13]​ El resultado, aparentemente, es un esquema socialista modelo en cuanto a producción y reivindicación cultural; sin embargo, su funcionamiento esconde una secreta esclavización que mantiene el país funcionando bajo una cortina peligrosa de dilucidar, donde Carlos Altamirano ha sido reducido a operar en las sombras y Ricardo Lagos Escobar es subsecretario de tecnología.Asimismo, Francisco Ortega ha publicado ucronías con sus novelas gráficas 1899, donde reinventa la guerra del Pacífico con barcos voladores y robots impulsados a vapor; y 1959, donde los protagonistas, los doctores Salvador Allende y Ernesto Guevara, viajan a la Antártica a buscar una antigua arma secreta con el poder de frenar la expansión del imperio ruso.Los rebeldes usarán para ello un mural pintado al óleo de grandes dimensiones ubicado en una casona patrimonial del barrio Lastarria.Otra obra publicada en relación con el género es la novela del abogado y licenciado en historia Álvaro Delgado Martínez Frente a la Derrota[19]​ (2019, Trayecto Ediciones).
Uno de los ejemplos más conocidos de ucronía es la serie El Hombre en el Castillo , que trata sobre lo que podría haber ocurrido si los países del Eje hubiesen ganado la guerra .
Mapa de la Ocupación de Japón por los Aliados, según la ucronía Sol sobre Rapa Nui de Álvaro Delgado Martínez (2022, Trayecto Ediciones)