Asimismo, para obtener alguna fuente directa, por ejemplo la escritura, mediante métodos de lingüística comparativa se pueden reconstruir datos relativos a lenguas sumamente antiguas.
La palabra etimología proviene del latín etymologĭa; esta, a su vez, del griego ἐτυμολοɣία, compuesta por ἔτυμος, -α, -ον étymos, -a, -on («[elemento] verdadero, auténtico»), λόɣος, lógos («tratado, estudio, palabra») y la terminación -ία, -ía que indica relación.
Así mismo, Isidoro de Sevilla (o Isidorus Hispalensis), en su obra Sententiae (Sentencias) usa este vocablo:
Las etimologías más antiguas que se pueden encontrar están en la literatura védica, en las explicaciones filosóficas de los Bráhmana, Araniakas y Upanishads.
[9] El origen de la lingüística histórica moderna se atribuye comúnmente a Sir William Jones, un filólogo galés que vivía en la India, quien en 1782 observó la relación genética entre el sánscrito, el griego antiguo y el latín.
Jones publicó su obra "The Sanscrit Language" en 1786, sentando las bases para el campo de la lingüística indoeuropea.
A continuación se aportan dos ejemplos de palabras incorporadas por el uso, luego adoptadas normativamente.