Escrita en griego hacia el siglo I a. C. se considera la primera gramática en términos modernos redactada en una lengua europea,[1] y sirvió de base a las posteriores gramáticas del griego, del latín y de otras lenguas europeas hasta bien entrado el Renacimiento.
Fue muy imitada durante por los latinos y constituye, según Robins, una pieza clave de la cultura griega.
Define la oración como unión de palabras con sentido completo pero estudia muy superficialmente las relaciones sintagmáticas.
A diferencia de la escuela estoica, Dionisio utiliza un criterio formal para esta clasificación, acudiendo solo en tres ocasiones a explicaciones nocionales para las definiciones de «nombre» (designa una cosa o acción), «verbo» (designa una acción o pasión) y «pronombre» (designa personas determinadas).
[1] Con todo, de esta discusión suelen excluirse los cinco primeros capítulos, que por su tono más arcaico y una relación discutible con el resto de la obra, sí se atribuyen con casi total seguridad a Dionisio.