Jacob Grimm (1785-1863), con ayuda de su hermano Wilhelm (1786-1859), comenzó a trabajar en el 1838.
La edición completa consta de treinta y dos volúmenes con 34.824 páginas, pesa ochenta y cuatro kilogramos e incluye alrededor de 320.000 entradas, la tirada ascendía a unos pocos cientos.
Los hermanos Grimm no quisieron, por dignidad, renegar del juramento prestado a aquella Constitución y perdieron el cargo que tenían de bibliotecarios.
En cuanto histórico, el diccionario de Grimm se propone documentar y describir la lengua alemana más o menos normal de la mitad del siglo XV en adelante.
Sobre su finalidad histórica y documental vino a insertarse por ello, turbándola, un propósito de restauración.
El léxico alemán está todo entretejido de palabras muy comunes, que tienen un origen no germánico.
J. Grimm era un científico animado de unos cuantos y grandes intereses dominantes.
Precisamente por esto le faltaba la universal curiosidad y la impasibilidad, clasificadora del verdadero lexicógrafo.
J. Grimm llegó hasta la voz Frucht, esto es, al primer tomo del IV volumen.