Fernando Vizcaíno Casas

[2]​ Como abogado laboralista se especializó en los aspectos jurídicos concernientes al teatro, la cinematografía y los derechos de los actores.En 1949 ganó el Premio Teatral para Universitarios Hispanoamericanos, con su comedia La senda iluminada.Varias de sus obras fueron llevadas al cine (Niñas... ¡al salón!, Hijos de papá, ...Y al tercer año, resucitó, Las autonosuyas, La boda del señor cura, etc.) en su mayoría dirigidas por Rafael Gil.[3]​ La sátira política, la nostalgia, la ironía, el humor corrosivo, las caricaturas apenas disimuladas o explícitas de políticos y otros personajes camaleónicos y acomodaticios del momento, y la visión crítica de los años posteriores al final del franquismo caracterizan buena parte de su narrativa.Una de sus principales preocupaciones era transmitir su visión de dicho período, del cual afirmaba que sentó las bases para el posterior despegue económico y social español.Vizcaíno Casas sostenía que esa etapa no era transmitida con justicia e imparcialidad a las nuevas generaciones.En 2002 apareció la tercera y última parte de sus memorias, Los pasos contados.