El plan estaba concebido para adecuar las instituciones del nuevo estado a la restauración absolutista implantada por la Santa Alianza en Europa y para sumar el apoyo de los incas del Perú, Alto Perú y Ecuador en América del Sur.
Únicamente Godoy Cruz y sus asociados pidieron que la capital de la Monarquía Constitucional se ubicara en Buenos Aires, aunque igualmente se sumaron al proyecto monárquico americano, en cuyo patrocinio se encontraban figuras como San Martín, Bernardo de Monteagudo o Martín Miguel de Güemes.
Por ejemplo, uno de los diputados de Buenos Aires llegó a gritar: "¡Prefiero estar muerto que servir a un rey con ojotas!".
[5][6] El Congreso de Tucumán finalmente decidió rechazar el plan del Inca, creando en su lugar un estado republicano y centralista.
[7][8] [9] San Martín lo calificó de «admirable plan del Inca» en cartas a su amigo, el diputado por Mendoza, Godoy Cruz: «Ya digo a Laprida lo admirable que me parece el plan de un inca a la cabeza, las ventajas son geométricas, pero por la patria les suplico no nos metan en una regencia de personas (…)»